La sonrisa de un bebé es una de las cosas más hermosas y puras que se pueden ver en el mundo. Cuando un bebé sonríe, todo se ilumina por un momento y los padres por lo general (desde que se inventó la fotografía), siempre buscarán la manera de capturar esa escena para no olvidarla jamás.
La sonrisa de un bebé es alegría y felicidad pura. Sin embargo, la ciencia ha comenzado a descubrir que detrás de la sonrisa de los bebés, se oculta un profundo amor y afecto hacia esa persona a la cual le sonríen.
Los bebés y sus madres
Ser madre de un recién nacido puede ser una tarea muy tediosa. Es muy difícil aprender a manejarse bien con un bebé, sobre todo si se es una madre primeriza. Hay que saber cuándo alimentarlos, cuándo ponerlos a dormir, cómo y cuándo cambiarlos de ropa, etc. Hay muchas cosas que una nueva mamá tiene que hacer que pueden hacer que los bebés se molesten o que se agoten por completo, y lo que menos desea una madre, es ver y escuchar a su pequeño hijo ahogado en llanto.
Desde siempre se ha creído que los niños solo son capaces de demostrar su amor luego de que ya han cumplido un año de edad, pero hoy en día se está comenzando a demostrar que esto no es así. Un bebé es capaz de demostrar la pureza de su amor, incluso desde mucho antes de poder siquiera comenzar a caminar
La Universidad de California en San Diego, llevó a cabo un estudio durante 17 semanas, con 13 bebés menores de un año, de diferentes etnias, culturas y nacionalidades, que participaron junto a sus madres. Fue un estudio de comportamiento orientado a descubrir las relaciones existentes entre la sonrisa de un bebé y la sonrisa de su propia madre.
Los investigadores de la Universidad de California, querían ver qué ocurría cuando tanto la madre como el niño sonreían, cuando sólo la madre sonreía, cuando sólo el niño sonreía y cuando ninguno de los dos sonreía. Querían saber si un bebé, incluso a una edad muy temprana, podía entender la felicidad y cómo reaccionarían ellos al ver a sus madres felices o infelices.
La sonrisa intencional
El estudio comenzó analizando la forma como los bebés respondían frente a la sonrisa de sus madres. Los investigadores descubrieron que los bebés no reaccionaban frente a todas las conductas que sus madres manifestaban. La mayoría de ellos sólo respondían cuando sus madres les sonreían. Esto es algo que los científicos esperaban que sucediera, pero que se sorprendieron gratamente al poder comprobarlo de manera repetitiva en un estudio. Cada vez que una madre le sonreía a su hijo, el niño le devolvía la sonrisa.
Además, el equipo de investigadores notó algo interesante. Si la madre estaba sonriendo a otra cosa y luego miraba a su hijo con una sonrisa en la cara, el niño no le devolvía la sonrisa. Esto llevó al equipo de investigadores a concluir que los niños toman en cuenta la razón y las circunstancias que hay detrás de una sonrisa antes de devolverla. Si las madres no se reían mirando a sus hijos desde un inicio, ellos de igual manera tampoco reirían.
De cierta manera, los niños desde muy pequeños se comportan como los comediantes profesionales. Durante una actuación, los comediantes tienen en cuenta la reacción del público antes de realizar su siguiente chiste. Si la reacción de la audiencia es favorable, continúan bromeando sin parar. De la misma manera, los niños evalúan el comportamiento de sus madres antes de decidirse a reír con ellas.
El juego es muy importante
Durante este estudio, el equipo de trabajo descubrió que el tiempo de juego que los padres dedican a sus hijos, es muy importante para cada niño. Los padres deberían concentrarse en jugar con sus hijos más tiempo, en lugar de enviarlos a jugar a otros lugares. Jugar con los hijos ayuda a desarrollar numerosos vínculos afectivos. Cuanto más se juega con ellos, más afectuosa es la relación que se establece entre padres e hijos.
A menudo los padres olvidan la importancia de pasar suficiente tiempo con sus bebés. Olvidamos que esto ayuda a mejorar su desarrollo, ya que los niños aprenden por imitación. Si un padre o una madre pasan suficiente tiempo jugando y riendo con sus hijos, estos crecerán siendo personas felices y cariñosas. Si por el contrario, los padres no pasan suficiente tiempo con los hijos, sobre todo cuando son pequeños, estos crecerán sin ninguna duda, con hambre de atención.
Lo que la mayoría de los padres hacen hoy en día
En el mundo agitado de hoy, donde la economía tiende a la baja, la mayoría de los padres necesitan trabajar para tener un sustento estable. Esto significa que el niño a menudo es dejado solo en casa con una niñera o enviado a una guardería para ser cuidado. Las guarderías para niños pueden ser fantásticas, pero esos niños que van a esas guarderías, estrecharán sus lazos afectivos con personas que no tienen nada que ver con ellos, en lugar de estrechar dichos lazos con sus propios padres.
Lo quieran o no, los padres, o al menos los padres y madres responsables, deben sacar algo de tiempo para pasarlo con sus hijos. Los niños son muy impresionables y si los padres no les dedican algo de tiempo de calidad y los dejan en manos de otras personas, entonces es probable que los niños aprendan cosas que a los padres no les gustaría que aprendieran.
¿Cómo se puede arreglar esto?
Si usted y su pareja están trabajando, entonces hay una cosa que usted puede hacer y es tratar de jugar con sus hijos en las noches. Cuando vuelva a casa del trabajo, asegúrese de pasar algún tiempo con sus hijos. Juegue con ellos mientras se relaja o mientras ve la televisión. Pasar tiempo con los hijos, los hará ser personas muy felices, que desarrollarán vínculos afectivos de calidad con sus padres.
Es un hecho bien conocido que los bebés imitan a sus padres en todo. Ellos copian lo que ven. Si usted pasa tiempo con su hijo y se ríe y juega con él, él crecerá siendo una persona feliz y alegre. Si no lo hace, sucederá lo contrario. Esto es algo que el grupo de estudio de la Universidad de California descubrió con notable claridad. El niño sonreía cuando la madre le sonreía, y se quedaba muy serio cuando su madre también estaba en ese estado. La imitación en los bebés es la clave para que ellos mejoren constantemente su capacidad de expresión.
La sonrisa de un bebé es un claro signo de amor
Algo adicional que descubrió este estudio con bebés, es que, si las mamás hacían cosas como jugar, o reír, o alimentar a sus hijos, esto desencadenaba una sonrisa como respuesta por parte de los bebés.
A través de diversos exámenes de la actividad cerebral de los bebés cuando recibían juegos, risas, alimento, etc., de parte de sus madres, se descubrió que las zonas del cerebro relacionadas con la sensación profunda de amor y de agradecimiento se activaban completamente, como una clara indicación de que, incluso los bebés más pequeños, son capaces de sentir y de demostrar amor puro desde su más tierna edad.
Los bebés son mucho más inteligentes de lo que pensamos. La ciencia lo está demostrando cada día con innovaciones revolucionarias que nos permiten entender la mente humana desde una edad muy temprana. A medida que la tecnología evoluciona, también lo hace el hombre que la crea. Si bien desde siempre se ha intuido que el juego y la risa crean lazos de amor entre los padres y los hijos, hoy en día esto es algo claramente demostrado y sobre lo que no existe ya ninguna discusión. Pase todo el tiempo que le sea posible con sus hijos y asegúrese de esta forma, de criar bebés felices que, a futuro, se convertirán en adultos maravillosos.
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