Portada del libro
Porque es la vida la que nos avisa de su presencia, con la belleza de las cosas feas y las lágrimas en los momentos felices. Porque la melancolía y la pena nos cuentan que estamos vivos y nos preparan para sentir el amor y la felicidad con mucha más intensidad.
Y esta esencia de vida es la que Ignacio García ha retratado en 13 relatos cortos, en los que maneja maravillosamente una sencilla sintaxis regada con un vocabulario propio de quien ha pasado su vida leyendo y ha tomado como escuela cada rinconcito de España que conoce. Y es que, al igual que Lope de Vega que de un cantarcillo o una leyenda sacaba una obra teatral de merecido éxito y prestigio, nuestro autor se nutre de las historias, de las tradiciones y de las vidas que le rodean en el que no es el suyo, pero ha adoptado como tal, pueblo de Portillo.
Y con ello consigue transmitir el optimismo y la alegría de vivir, metiéndonos en la piel de rubias vikingas de pechos despampanantes, viejecitas que coleccionan esquelas, farsantes catadores de vino y muchos otros personajes que por su realismo y cercanía harán identificarse y pensar a los lectores.
Silvia Rodríguez Rico