Datos técnicos
He aquí, reseñando de nuevo otro título de una autora a la que admiro y a la que aspiro a entrevistar. La vida es así.
Curiosamente, conozco a Sofía después de haber hecho lo propio con los personajes que protagonizaron los últimos días aciagos en Berlín. Parece que todo estaba orquestado para que así ocurriera y de este modo poder estructurar mis palabras pues, aunque no me crean, veo tantas analogías entre ambos títulos, que solo me quedan dos opciones: pensar que una novela se inspiró en la otra o que ambas formaban parte de la danza de ideas de Sánchez Garnica antes de emprender sendas aventuras, una después de la otra, y que cualquiera de ellas podría haber quedado finalista del Premio Planeta.
Sofía se hace dueña de un título, pero no el centro de la historia narrada, pues, sin duda, los dos protagonistas masculinos le roban ese papel que parece que le está destinado. Ello no quiere decir que esta mujer atada de pies y manos por el destino no vaya a ser la pieza clave, la llave maestra que preste cohesión a la historia. Una historia predecible hasta cierto punto y ahí es cuando se derrocha la magia. Como lector, he ido averiguando todo cuanto iba a suceder a continuación, en un ejercicio de anticipación relativamente sencillo y, sin embargo, he leído con fruición cada página porque deseaba que fueran los acontecimientos los que me dieran la razón, la forma en que son narrados, concatenados y, cuando hace falta, resueltos. Es la magia de la literatura; es la magia de Paloma Sánchez Garnica.
Novela ambientada en la Alemania dividida que tanto ha inspirado a artistas, que han loado tanto la valentía como la indefensión de una población derrotada en la guerra y en la vida, Historia con mayúsculas, hechos que han sido contados, narrados, demonizados y cantados hasta la saciedad, dejando siempre hueco a nuevas intervenciones que permitan utilizar ese mismo decorado, el de un triste muro decorado con penas y esperanzas, para que el olvido no triunfe, porque éste, precisamente, éste, nunca debiera triunfar.
Historia que puede parecer forzada e incluso puede que lo sea. Es literatura y está permitida esta licencia en beneficio del entretenimiento, permitiendo que el lector empatice con los personajes, héroes y antihéroes, o ambas cosas a la vez, y pase las páginas como si el mundo se fuese acabar -hecho incierto que nadie nos asegura y nos desmiente- hasta terminar acelerando el ritmo de sus imaginarias pesquisas antes de que el final se plantee del modo más sencillo y misterioso, que no son formas excluyentes de citar al lector hasta una próxima entrega.
La sospecha de Sofía es una novela de espías y muchos no estarán de acuerdo con esta afirmación. La catalogación de novelas es siempre irreal, guiada por la necesidad del ser humano de dividir y jerarquizar para comprender. Podríamos decir que es una narración de amor y desamor, de engaño y de desengaño, de traición, de olvido, de supremacía y de sumisión. Pero todo ello está perfectamente justificado por el modo en el que se conducen los actores de un drama que se presta a una versión cinematográfica.
La autora no solo sabe escribir bien, eso ya lo sabemos. Ella sabe captar la atención de su público. Es metódica y meticulosa, y está muy bien arropada. Le proceso admiración y envidia. Sus esquemas, esqueletos en papel son eficaces al dotarlos de tejidos consistentes, testados, revisados y llevados a escena de un modo al mismo tiempo prudente que consistente. El resultado puede valorarse evaluando las cifras de ventas. Solo existe un problema: se apetece leer más...
Paloma Sánchez Garnica, es el momento que usted me conceda una entrevista.
Reseñado por Francisco Javier Torres Gómez
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