Revista Cultura y Ocio

La suave superficie de la culata. Antonio Manzanera

Por Mientrasleo @MientrasleoS

La suave superficie de la culata. Antonio Manzanera
     "Cuando Vincenzo Sunny Santino salió en 1963 de la prisión del Estado de Nevada, mi bufete de abogados llevaba más de veinte años trabajando para la familia Speranza. Vincenzo cumplía condena por el homicidio de una empleada suya llamada Lucy Lee y, en el momento en que se ordenó su excarcelación, aún no había cumplido cuatro de los quince años que le habían impuesto. Restulta algo extraño que alguien con esa pena consiga el tercer grado tan pronto, aunque lo más raro fue la manera en que se produjo. Fue el propio Sunny quien me lo contó mientras viajábamos a Reno en mi Buick LeSabre nada más salir de la penitenciaría de Carson City."
     Algo tiene la mafia que nos resulta atractivo leer sobre ella. Los trajes a rayas, los sombreros, zapatos brillantes y el eterno humo del tabaco rubio. Es la atmósfera, que nos atrae como un buen hipnotista para llevarnos por el camino que nos ha ido marcando. Al menos eso es lo que me sucede a mi. Por eso hoy traigo a mi estantería virtual, La suave superficie de la culata.
     Conocemos a Roger, es abogado, aficionado a los cócteles y a una buena mano de blackjack. Me falta un detalle, corren los años sesenta, es abogado para la mafia y esas luces del fondo pertenecen a los carteles de los casinos de Las Vegas. Gracias a este hombre, principal narrador de la historia, conoceremos a Sunny Sandino, un capo de la mafia nacido en Sicilia pero afincado desde hace años en Estados Unidos que cumple condena por la muerte de una empleada suya del casino. Sale de la cárcel con ayuda del gobierno en un momento en el que los Kennedy están en el poder y el hermano del presidente está cercando a la mafia. Está claro, no va a salir de la cárcel gratis, y pronto se descubrirá camino de Cuba.
     Lo primero que llama la atención de esta novela es la facilidad con la que el autor nos pone en antecedentes. No nos supone ningún esfuerzo situarnos en la época, las familias, las ciudades, distinguir entre Reno y Las Vegas e ir conociendo a los capos. Incluso nos sonreímos con los cameos esperados de Sinatra o Dean Martin. Antonio tiene un estilo directo con pequeñas descripciones precisas, que nos sitúan viejas estampas familiares de estos ambientes que no hemos frecuentado. y sobre todo maneja de una forma excelente la ambientación, esa que no dan las calles sino las personas que las transitan, la que no viene dada por las luces de neón sino por los perspicaces ojos del observador convertido en contador de historias. De su mano vamos acercándonos a el mundo de la mafia, ese que sobrevive a base de favores prestados con el poder y que se alimenta de la roña y la corrupción. Pero no se queda ahí, sino que nos vamos enredando en una trama de sobres y bolsas llenas de dinero que pasa por actrices famosas en hoteles apartados y atraviesa fronteras para atentar contra presidentes. Viajamos a Cuba con Castro como objetivo y volvemos a Estados Unidos, cuyo presidente Kennedy todos conocemos la suerte que corrió. Sólo nos falta empezar a atar cabos, y para hacerlo... bueno, tal vez tengamos que echar la vista atrás no vaya a ser que nos sigan.
       Todo esto y mucho más es lo que nos ofrece el autor servido con una sencillez envolvente, apoyada en una documentación que no se empeña en mostrar pero que sí utiliza para sentar unas bases sólidas para una trama sin fisuras. Me ha gustado Antonio Manzanera y me ha gustado Sunny, a quien he recordado entre humo de cigarros con aires de un Robert de Niro en Casino en una novela muy visual. Repetiré con el autor.
      Y vosotros, ¿qué estáis leyendo en estas fechas tan señaladas?
     Gracias

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