Revista Mundo animal
Las lluvias de la semana pasada y los últimos días de sol han derretido gran parte de la nieve de las cumbres de las Ubiñas. Contrariamente a lo que pudiera parecer después de haber escuchado las noticias durante los últumos meses, este invierno la cantidad de nieve caída ha sido mucho menor que el año pasado, cuando en los Picos de Europa aun había mucha nieve entrado el mes de junio.
A pesar de que en la subida hacia la vega había claros despejados aun quedaban grandes palas de nieve de varios metros de altura por el camino, por lo que tuvimos que ponernos las raquetas durante gran parte del trayecto hasta Candioches, que se encuentra a 1850 msnm, a las faldas de Peña Ubiña.
Una vez arriba, la vega estaba cubierta de nieve en gran parte aunque asomaban bastantes piedras y en algunas zonas ya se había derretido totalmente, dejando ver la hierba quemada después de pasar seis meses completamente cubierta.
Sin embargo, en las pocas charcas que asomaban entre la nieve no había ni rastro de Ranas temporaria ni de puestas, que es lo que íbamos buscando. Probablemente aun sea demasiado temprano, aunque todo parece indicar que dentro de menos de una semana habrá empezado la reproducción de esta especie, que congregará a cientos de animales durante poco más de una semana, casi un mes antes que el año pasado.
Ya que por ahora no habíamos tenido éxito nos dirigimos a la cercana vega de la Cubilla, que se encuentra a 10 minutos de camino y a unos 150 metros por debajo de Candioches.
En esta vega, la nieve casi había desaparecido por completo, y sólo quedaban algunos neveros dispersos y casi todas las charcas estaban descubiertas. En algunas de ellas aparecían puestas recientes, de no más de dos o tres días, pero también aparecían puestas más viejas, que se encontraban aplastadas debido a las nevadas de hace unos 10 días, lo que indicaba claramente que las primeras reproducciones habían tenido lugar a mediados del mes de marzo. En las charcas que formaba el río que baja del embalse se concentraban 250 puestas en tan sólo 4 metros cuadrados, probablemente tendrían el mismo tiempo que las anteriores, sólo que debido al flujo constante de agua procedente del embalse no se habían aplastado al no haberse depositado la nieve sobre ellas.
Alrededor de las charcas había rastros de cornejas y cigüeñas, que esperan pacientemente en las proximidades a que comience la reproducción de las ranas para alimentarse de ellas.