Es vital que anticipemos las cuestiones culturales. Esto no sólo significa entender la cultura anfitriona sino también la propia cultura. El ser consciente de cómo sus propias suposiciones, valores y creencias son interpretados culturalmente tiene tanto o más que ver con la eficiencia cultural que el entender a la cultura anfitriona.Hay tres maneras de fomentar la comprensión intercultural y se necesita de las tres para reducir las incertidumbres transculturales.Aprenda acerca de la cultura. Esto incluye conocer tanto su propia cultura como la cultura anfitriona. A menos que sea consciente de su propio marco de referencia cultural, usted será incapaz de entender por qué reacciona de una manera determinada frente a otra cultura. Aprender sobre la cultura anfitriona incluye no sólo leer sobre los patrones culturales generales sino también observar y preguntar sobre lo que ve. Al asumir el rol de aprendiz de la cultura anfitriona, se hará amigos y podrá construir relaciones.Construya relaciones. El ministerio cristiano genuino es inconcebible sin relaciones significativas. El progreso en la construcción de relaciones se evidencia al pasar tiempo con la gente, compartir sus historias, explorar las diferencias y emprender tareas conjuntas. Es en la construcción de la relación donde usted encontrará diferencias. Cuando las encuentre, debátalas frente a frente. De esta manera, estará fomentando la confianza y la comprensión mutua.Entiéndase a usted mismo. Aunque esto se pasa frecuentemente por alto, las personas que entienden su propio estilo social y sus tendencias personales están mejores equipadas para adaptarse a las diferentes culturas. Al entenderse a sí mismas son capaces de anticipar su propia respuesta ante las diferencias culturales. Esto les permite controlar el estrés y aprovechar las características particulares de la cultura anfitriona.En una alianza, el desarrollo de una conciencia cultural opera en ambos sentidos. Entender las particularidades de cada cultura es una responsabilidad mutua.

