Una madre bien aleccionada sabe que cuando se va de viaje y además con niños, estos comerán bocadillo. Igual que en el parque infantil, donde una brigada de madres se ocupará fervientemente mediada la tarde en alimentar a la prole: sandwiches de salchichón, rodajas de chorizo, goteantes nocillas, clásicos de jamón y queso.
Y es obligación de los pequeños, valientes como jabatos, plantar cara en la intromisión de sus juegos, plantarse con pie firme en el arenero y negarse a hincar el diente en las viandas.
Y una madre bien aleccionada, con la sabiduría que da el instinto, dirá, como generaciones y generaciones de féminas antes que ella:
- ¡Pues cómete lo de dentro!