La tarjeta del señor alcalde

Una de las noticias a la que los medios de comunicación le están dando una mayor cobertura informativa en los últimos días, al margen de la crisis del ébola, es sin lugar a duda la relativa a los excesos cometidos con las famosas tarjetas de crédito de Caja Madrid/Bankia: que si tantos implicados, que si se gastó tanto dinero, que si se gastaron elevadas cantidades en caros restaurantes, hoteles, ocio, joyería y en otras tantas fruslerías. Pero lo que nadie menciona es que esta forma de compensar o de remunerar a directivos y altos cargos no es algo que se dé solamente en las grandes corporaciones y empresas privadas, ya que en la propia administración pública, principalmente en la administración local es más habitual de los que algunos creen, y para demostrarlo usaré a modo de ejemplo lo que viene pasando desde hace unos años en el municipio donde resido, Vic (Barcelona).

Cuando vives en una población relativamente pequeña es fácil conocer a mucha gente y saber vida y milagros de muchos de sus habitantes, y más dada la naturaleza humana tan dada a largar por la boca las miserias de los demás. En esta pequeña ciudad al norte de Barcelona es vox populi los abultados dispendios de su señor alcalde con su tarjeta de crédito sin aparente justificación, y por ello existe una investigación oficial de la Oficina Antifraude de Catalunya (http://ccaa.elpais.com/ccaa/2014/03/21/catalunya/1395434546_492659.html), gracias a la denuncia hecha en su día por la formación política CUP.

Según informan los medios el periodo que donde pudieron cometerse estas irregularidades y excesos con la tarjeta comprendería los años 2011 y 2012 pero dentro del consistorio son varias las voces que sostienen que el señor Josep Maria Vila d’Abadal –famoso exdelfín del señor Durán i Lleida en Unió Democràtica de Catalunya hasta que intentó desbancarlo de la secretaría general del partido, partido que abandonándolo definitivamente por su repentina radicalización independentista- lejos de contenerse en el uso de su VISA ha continuado usándola de manera mucho más descontrolada y haciendo unos cargos mucho mayores a los que le llevaron a ser investigado (se rumorea que el gasto medio mensual podrían rondar los 5.000 euros). Como si tuviera necesidad de dinero cuando se sabe que su salario bruto anual durante el pasado ejercicio ascendió 62.000 euros, al margen del dinero que cobraba por plenos y comisiones semanales así como de otras actividades que tuvo (diputado del Parlament de Catalunya) y tiene este señor (presidente de la AMI).

Al parecer hace ya algún tiempo este “salva patrias” se habría ofrecido dispuesto a renunciar a su sueldo a cambio del coche oficial, que entre otras cosas le iba a recoger diariamente a Barcelona, donde reside con su familia –ya tiene delito que los partidos políticos coloquen a sus hombres de confianza a ejercer cargos en municipios en los que el elegido no tenga relación alguna o, como en este caso, residencia-, y de tener todos los gastos que le pudieran generar sus funciones en el cargo cubiertos mediante una tarjeta de crédito. Pero según informan trabajadores del mismo ayuntamiento la VISA del señor alcalde empezó a echar humo dado a que el dispendio realizado con ella, en un muy corto periodo de tiempo, podría haber superado de largo los 30.000 euros, lo que generó presiones para que no renunciara a sus emolumentos por el cargo y se contuviera en el uso de la tarjeta de crédito.

Para aquellos que no hayan oído hablar de este señor valga decir que en su día consiguió cierta fama mediática por haber intentado negar el empadronamiento a todos aquellos emigrantes en situación irregular en el municipio, demostrando con ello ser de la misma calaña e ideal que el antiguo líder y fundador de partido ultraderechista y xenófobo Plataforma per Catalunya, Josep Anglada. Porque el señor Vila d’Abadal –Pocholo para muchos- mucho criticar al señor Anglada pero durante el pasado ejercicio consiguió aprobar los presupuestos municipales gracias al apoyo de este, y según fuentes del consistorio a cambio de una partida presupuestaria de una cierta cuantía, que el exlider del PXC gestionó como creyó conveniente.

Y no olvidemos el nepotismo de quien no tuvo problemas en colocar a dedo en un importante cargo a su hermano y posteriormente a su hija.

Por lo tanto como he expuesto los excesos con las tarjetas negras no es exclusivo de los directivos de Bankia sino que también hay políticos que las usan y abusan de ellas, y que seguramente tendrán un alma tan oscura como el color de dichas tarjetas.

MSNoferini