Revista Salud y Bienestar

La tarta del tiempo: evocación de la memoria

Por Bamboo

La tarta del tiempo: evocación de la memoriaPara ayudar a los pacientes con Alzheimer a recuperar su memoria y estimular el desarrollo cognitivo y conductual, algunas de las nuevas terapias no farmacológicas se centran en la evocación de olores y sabores relacionados con la infancia y la familia. Por ello, en la Unidad de Demencias del Hospital Virgen de la Arrixaca en España, se están realizando talleres.

La evocación de olores y sabores autobiográficos, casi siempre relacionados con los fogones familiares de la infancia, pone en marcha los cinco sentidos y ayuda a reconstruir la memoria de los pacientes de Alzheimer. Es una más de las terapias emergentes no farmacológicas que podrían tener efectos en el desarrollo cognitivo y conductual de estos enfermos.

Marcel Proust lo adelantaba de alguna manera cuando un personaje de Por el camino de Swann moja con parsimonia una magdalena en el té. Ese sabor le transporta a la infancia de forma tan vívida que parece que la habitación de su casa, y hasta la fisonomía completa del pueblo, emergen de la taza. El escritor casi predijo con ese texto memorable la tarea que hoy afana a los expertos en demencias para lograr la reconstrucción del pensamiento rescatando recuerdos del pasado.

Prácticamente todos los días aparecen noticias sobre la Enfermedad de Alzheimer (EA) en estas páginas. Nos hablan de etiología, factores de riesgo genéticos y ambientales, mejoras en el diagnóstico y pronóstico, avances terapéuticos, identificación de nuevos marcadores o farmacogenética. La EA, una de las enfermedades que concita mayor esfuerzo investigador en los últimos diez años, se abre cada vez más a intervenciones no farmacológicas que ayuden a mejorar, o al menos a estancar, el deterioro cognitivo y conductual de estos enfermos.

Siguiendo esta idea, un grupo de expertos internacionales reunidos en el Centro de Referencia Estatal de la Enfermedad de Alzheimer, en Salamanca (ver DM 07-X-10), se inclinaba por las terapias no farmacológicas al predecir el futuro terapéutico de la enfermedad, pues se ha visto que las intervenciones sin fármacos logran reducir los síntomas que los neurólogos apodan las cuatro aes (ansiedad, agitación, agresividad y apatía).

También se conoció en septiembre la conclusión global de la revisión científica que la Fundación María Wolff encargó sobre 1.300 trabajos publicados en este ámbito: las terapias no farmacológicas son eficaces en EA, pero queda mucha tarea por delante para saber qué intervenciones son más adecuadas en cada estadio de la enfermedad y cuáles podrían adaptarse como un guante a la sintomatología de pacientes individualizados.

Música, cine, terapia ocupacional, talleres de lectura, ejercicio físico, incluso programas que mejoran la atención de los cuidadores, son algunas de las terapias no farmacológicas más utilizadas hasta ahora. En la Unidad de Demencias del Hospital Virgen de la Arrixaca de Murcia se lleva a cabo una intervención singular con pacientes de Alzheimer GDS 4 (deterioro cognitivo moderado) utilizando la literatura, el teatro y la gastronomía como motores artísticos.

“El arte, innato en el ser humano y con circuitos neurales propios, puede ser terapéutico para los pacientes con EA y queremos demostrarlo con técnicas de investigación cualitativa”, explica la directora de la unidad, Carmen Antúnez, matizando que no se trata de ensayos clínicos, sino de investigación en ciencias sociales para conocer los elementos cognitivos, emocionales, conductuales y de familia que intervienen en el Alzheimer.

Así se había visto en el taller de arte Entretelas, donde la pintora Chelete Monereo construyó cuadros con retales de su propia historia y los pacientes colmaron una maleta de la memoria con objetos de su pasado. Después llegó el taller literario, que ayudó a los enfermos a reconstruir las fiestas de sus pueblos para que pudieran ser representadas por alumnos de Bellas Artes. Pero seguramente ha sido el taller de repostería, enfocado a la estimulación multisensorial, el que más han disfrutado los pacientes “al activar la memoria autobiográfica junto con otras emociones y actitudes asociadas, como la nostalgia, la alegría y la capacidad de autosuperación”, según la psicóloga clínica Gema Reinante.

Pero igualmente habría que verlo “como una cuestión de valores, de concienciación de la sociedad sobre cómo son realmente los pacientes de Alheimer”, en opinión de la neuróloga Carmen Antúnez.

Poder evocador
Los enfermos han trabajado con el célebre confitero Paco Torreblanca y los alumnos de la Escuela de Hostelería de Murcia en la búsqueda de sabores y olores de antaño, rememorados con la ayuda de los dulces típicos de la infancia. El rastreo de ingredientes ha supuesto no sólo estimular la memoria articulando las recetas, sino también equiparla a través de las emociones que suscita recordar el bizcocho de la abuela o el aroma de una antigua panadería. “Los sabores despiertan los cinco sentidos pero también la memoria, la información social, cultural e incluso religiosa”, explica Halldóra Arnardóttir, la historiadora del arte que coordina estos talleres.

El broche final de la actividad ha sido aunar los buenos recuerdos suscitados en el grupo para hacer un pastel a base de almendras, crema de limón, pan de calatrava, merengue, canela y fruta fresca. Se le ha llamado Tarta Murcia y es una fusión de los sabores de antaño con las texturas del siglo XXI.

Tomado de:

Diariomedico.com

http://geriatria.diariomedico.com/2010/12/20/area-cientifica/especialidades/geriatria/tarta-del-tiempo-evocacion-de-la-memoria


La tarta del tiempo: evocación de la memoria

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