La tartamudez o disfemia es el defecto de elocución caracterizado por la repetición de sílabas o palabras, o por paros espasmódicos que interrumpen la fluidez verbal, acompañada de angustia.
La palabra disfemia se emplea, habitualmente, para nombrar la enfermedad, mientras que tartamudez se utiliza para denominar el acto de hablar con paros y repeticiones.
Más que una enfermedad, la tartamudez se considera un síndrome que se puede producir por diversas causas:
- Influencia de la herencia. En general, las madres de niños con tartamudez hablan muy deprisa y el 78% de los matrimonios disfémicos tiene hijos con manifestaciones de tartamudez.
- Zurdería contrariada. Según los estudios sobre zurdería realizados por Sikorski, Bolk y Stier (1891), entre el 6.6 y el 8.5% de los niños que presentan tartamudez son zurdos. Otros autores, como Orton y Travis (1934), llamaron específicamente la atención sobre niños zurdos contrariados.
- Desorientación espacial y temporal.
- Dificultades, regresiones y retardos en el desarrollo del lenguaje y de tipo psicógeno.
Cuando la dominancia cerebral está bien establecida, un hemisferio actúa como dominante. En casos de disfemia puede haber rivalidad entre ambos hemisferios que ocasione dificultades en la fluidez verbal al hablar.
El 5% de los niños puede pasar por una etapa de disfluencia en su niñez y la tartamudez afecta entre un 1,5% al 2% de la población adulta (en proporción de 4 a 1 en el sexo masculino). Normalmente, en el 80% de los niños remite, según los estudios internacionales.
Tipos de Tartamudeo
- El sujeto repite de forma involuntaria sílabas o palabras. Es decir, presenta un exceso de duración de los sonidos de algunas palabras. Por ejemplo, prolonga los sonidos de consonantes como f, l, s.
- El sujeto presenta espasmos que le provocan interrumpir la conversación, quizás producidos por una inmovilidad muscular fonatoria. Los bloqueos que sufre suelen aparecer con mayor frecuencia en palabras que empiezan con consonantes como: b, c, d, g, m, n, p, t. Esa inmovilidad va acompañada, frecuentemente, de movimientos de cabeza, pies o manos.
- En ocasiones se produce una mezcla de los dos anteriores. Además, cuando habla, observamos la repetición persistente y frecuente de sonidos, sílabas o palabras. Por ejemplo, "t-t-t-t-t-tiene", "mi-mi-mi-mi papá".
Síntomas de la Disfemia
Trastornos Respiratorios
- Fonación: falla la coordinación de la laringe en relación a las otras partes del aparato fonador.
- Articulación: pronuncia con una fuerza exagerada las consonantes explosivas (p, b, f, d, k).
Trastornos del Lenguaje
- Dificultad en la construcción de la frase (pregunta y no puede contestar, se interrumpe).
- Utiliza palabras de relleno.
- En situaciones importantes, muestra mayor dificultad.
Miedo a Hablar
- Sobre todo ante ciertos fonemas que sabe que le cuesta pronunciar.
- Fija la atención en el mecanismo de la palabra y la expresión del pensamiento se frena.
Trastornos de Personalidad
- El ambiente familiar, escolar y social influye mucho para minimizar este trastorno.
- Se puede refugiar en el mutismo.
- Se autoobserva de forma intensa y se preocupa por la articulación en exceso.
Según el grado de severidad, será necesario llevar a cabo una exploración clínica sobre repeticiones de sílabas, comprensión de labios, apretar la lengua contra el paladar, cerrar los ojos, observar si produce sonidos al tartamudear, tomar aliento, inhalar y expirar, etc.
Orientaciones para el Tratamiento de la Disfemia
Entre los 3 y los 5 años: es muy importante iniciar el tratamiento en la época en que se desarrolla, normalmente entre los 3 y los 5 años y al principio de la escolaridad, que es cuando el niño empieza a expresar su pensamiento, y su lenguaje está amenazado cuando no encuentra la palabra justa o la frase adecuada.
- Desarrollar el sentido del oído y la integración sensorial.
- Realizar programas de movimientos rítmicos relacionados con los reflejos primarios.
- Ejercitar programas neuromotores con ejercicios de movimientos básicos.
- Enriquecer su vocabulario, hablarle mucho, contarle, explicarle imágenes.
- Hablarles despacio, tranquilamente, ligando las palabras en frases, y dejarles hablar de la misma manera.
- Se debe evitar la riña y la burla de los niños en todo momento.
- No interrumpirle cuando habla, ni dejar que interrumpa a los demás. Respetar los turnos para hablar.
- Hablarle con frases cortas y con un lenguaje fácil, es decir, adecuado a su edad.
- Evitar expresiones que le produzcan tensión: "para, vuelve a empezar", "no te apures", "habla despacio". Este tipo de correcciones aumenta su tensión.
De 6 años en adelante: desarrolla toda una serie de actitudes para evitar los bloqueos o repeticiones. Por ejemplo, evita salir a hablar ante sus compañeros, deja que otro pida lo que necesita y, en general, prefiere callarse ante la posibilidad de cometer errores al hablar.
Ante esto:
- Desarrollar el sentido del oído y la integración sensorial.
- Realizar programas de movimientos rítmicos relacionados con los reflejos primarios.
- Ejercitar programas neuromotores con ejercicios de movimientos básicos.
- La aceptación del grupo de niños es muy importante en esta edad. El niño que tartamudea se tiene que enfrentar, muchas veces, a burlas y bromas. Ante esta dificultad social, el niño siente la necesidad de ocultar sus bloqueos, desarrollando una serie de actitudes para poder lograrlo.
- Hablarles en privado y facilitar que se sienta aceptado.
- El apoyo del maestro en el aula y de los padres, en coordinación mutua, es clave para superar las demandas escolares.
- El tratamiento debe ser pluridimensional, con el objeto de mejorar en todos los aspectos del desarrollo, tanto a nivel de lenguaje como de personalidad. Además, se debe adaptar a cada caso, sabiendo que puede haber recaídas que después se pueden superar.
Tipos de Tratamientos
Neuropsicológico: Tiene como objetivo mejorar las habilidades y las condiciones necesarias para procesar la información de forma eficiente.
Farmacológico: Pretende ejercer una influencia sedante sobre los síntomas de irritación.
Terapéutica Psíquica: Cuando se piensa que la disfemia tiene un componente de neurosis, requiere la actuación sobre los componentes psíquicos.
Relajación: A partir de los 8 años, es posible aplicar técnicas de relajación de no más de 10 minutos. Aprender a respirar profunda y lentamente, contraer y relajar el cuerpo o realizar actividades con música.
Terapéutica Fonatoria: Se ejercita el aparato de la fonación para que aprenda a expresarse de forma espontánea.
Métodos Reflexivos: Mediante ejercicios sistemáticos de todos los movimientos articulatorios. Primero de manera aislada y luego asociados y del acto fonatorio: suprimir los movimientos patológicos, aprender una correcta coordinación muscular y llegar a la automatización del habla.
Métodos Pedagógicos: Enseñan a hablar correctamente y enseñan ejercicios de respiración, relajación, asociación, lectura y ejercicios de elocución.
Fuente Original: La Tartamudez: Introducción | La Disfemia