La Navidad tiene siempre un componente mágico, entrañable. Desde la perspectiva humana algo tristón pero siempre la recibimos esperanzadora, alegre y sonrientemente.
Sin embargo alguien quiere estas Navidades quitarnos la sonrisa en el campo de los medios de comunicación. Porque mañana se va a producir una triste noticia. Mañana Google cerrará Google News en España.
La tasa Google o el llamado canonAede (en referencia a la Asociación Española de Editores de Diarios que la celebra), recogida en la reforma de la ley de la Propiedad Intelectual que entrará en vigor el próximo 1 de enero, y por la que los agregadores de información deben pagar una cantidad de dinero para poder dar noticias sobre medios ha llevado a Google a decidir el cierre de Google News en nuestro país. Será el primer cierre que se produce en un país desde que este servicio se inauguró a mediados de 2002.
Y esto es una mala noticia. Unos aducen que es lógico que quien habla de alguien pague. Otros defienden que ningún editor está obligado a compartir su trabajo en Google News, y que, sin embargo les supone un aumento de sus lectores sin asumir coste alguno. Unos quieren negociar. Otros quieren informar.
Pero intentando dar un paso adelante me gustaría hacer una simple y sencilla reflexión. ¿Quién pierde aquí? Indudablemente los de siempre. Por una parte, los que leen, los que quieren tener libertad para informarse de lo que quieran y donde quieran, los que dia a día consumen medios. Los que, en una democracia, piden algo tan sencillo como libertad de elegir.
Y, por otro lado, los pequeños medios, los que tienen menos recursos. Los que quieren levantar la cabeza en un mundo informativo oligopolizado y decir “aquí estoy”. Pero claro, estos no interesan. Estos no forman parte del juego “democrático” porque su objetividad no repercute ni se traduce en apoyos electorales.
La tasa Google parece que sólo es un sistema de recaudación. Pero no es así. Es un guiño a los medios de siempre. Es un grito de colaboración en un año 2015 que se presenta de especial dificultad para los de siempre. ¿Qué independencia tiene un medio respecto a un gobierno que le hace de recaudador? ¿Dónde está el límite para informar de manera veraz y completa? Siempre se ha dicho que una de las funciones de los medios es la de estar vigilante ante el poder establecido para evitar sus abusos? La tasa Google pone en bandeja de plata el servilismo frente a la independencia.
La tasa Google amenaza la pluralidad de medios, entendida ésta no como cantidad sino como diversidad de opciones ideológicas al servicio de las personas. Los pequeños medios desaparecerán de la escena, serán olvidados, no tendrán recursos para poder aparecer de manera regular y visible a través de la red. Y, en un sistema democrático, supone la muerte de la pluralidad.
Un sistema de medios se construye alrededor del sistema político. En un sistema totalitario los medios están en manos del Estado. En un sistema autoritario los medios los decide el gobierno de turno. Y, en un sistema liberal, hay una convivencia de medios donde todos caben. Lo contrario es cercenar la libertad y disfrazar la democracia.
Por eso la tasa Google no es una simple cuestión de “justicia” en el reparto. Como siempre, esa sería la lectura primera que nos quieren vender. Es algo más serio que hay que explicar y hacer llegar a la gente para que tengan el mensaje claro. Un mensaje que una vez más se disfraza de victimismo y justicia.
Mañana se va a producir una mala noticia. Menos mal que la sonrisa de Navidad es fuerte porque no nos va a quitar la esperanza para seguir luchando por lo que creemos sirve para mejorar al ser humano, su libertad. Feliz Navidad!