Revista Cultura y Ocio

La tejonera. Cynan Jones

Por Mientrasleo @MientrasleoS
La tejonera. Cynan Jones
     "Paró la furgoneta ante una portilla y apagó los faros. Era una noche homogénea y en esa oscuridad la furgoneta presentaba un color extraño, anómalo. Se quedó allí sentado, cauto.
     Era la temporada en que parían las ovejas, y se veían luces aquí y allá al otro lado del valle poco profundo y desperdigadas por las montañas. Y si bien a esa distancia parecía una comunidad en plena labor, él sabía que todas esas granjas estaban sumidas en sus propios procesos privados, procesos poco más o menos iguales, pero llevados a cabo dentro de cada espacio de luz en aislada y privada intimidad."
     A veces los libros te llegan de forma directa, alguien que te conoce te lo pone en la meno y te dice: "me lo regalaron, y al comenzarlo ya me di cuenta que era para ti." Eso sucedió con este libro y por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, La tejonera.
     Conocemos a Daniel, un hombre viudo que vive recordando a su esposa en una granja aislada, y lo hace sumido en sus rutinas que, en esta época del año, consisten en ayudar a partir corderos y asegurarse la supervivencia de estas nuevas familias. Y también conocemos a un hombre grande que se dedica a exterminar plagas con sus perros, particularmente tejones... ya que con ellos puede sacarse un dinero en las peleas clandestinas que incluyen a estos animales. Uno da la vida, el otro la cercena.
     Con estos elementos, y apenas dos personajes, Cynan Jones nos deja una magnífica novela de poco más de ciento sesenta páginas. O tal vez debiera decir un duelo, porque en este libro en que se alterna la historia de un hombre y otro, pronto nos damos cuenta de que estamos ante un duelo anunciado: la vida y la muerte, el bien y el mal... la lucha por la supervivencia, naturalezas humanas. Jones opta porque transcurra en una zona rural cualquiera, alejada de casi cualquier sitio, en la que los bosques no se presentan como pequeños paraísos verdes: no es ese tipo de historia..
Se trata esta vez de una narración dura, con párrafos cortos y concisos que recuerdan irremediablemente a autores como McCarthy. El mundo que nos presenta Jones es duro y sus pobladores son personas curtidas: no podrían sobrevivir de otro modo ya que las debilidades se castigan, incluso con la muerte, y lo sabemos porque parece sobrevolar cada palabra de esta novela.
 
     En el libro nos encontramos descripciones marcadas por su brevedad, hirientes incluso, secas. El autor no aparta la vista e impide que el lector lo haga, porque quiere presentarnos la realidad: su realidad. Una realidad aislada y doliente, marcada por la nostalgia y con algún momento de intensa ternura en el caso de Daniel y sus recuerdos, llenos de sombras proyectadas por quienes se ausentaron. Consigue así una atmósfera hostil que despierta los sentimientos del lector, ya no mientras lee, sino simplemente con mirar el libro, antes de acercarse con cautela a él. Un libro primario en el que se convive con la muerte como parte de la vida, y de vidas marcadas por la violencia, incluso en momentos de ternura percibimos ese fondo, Jones no permite que el lector lo olvide.
     Escondida bajo una aparente sencillez en sus formas, La tejonera esconde un minucioso trabajo de golpes léxicos que se van acumulando ante los ojos del lector provocando cicatrices de esas que perduran en la memoria. Una pequeña joya.
     Y vosotros, ¿sois de historias largas o de narraciones breves? En mi caso... ni me inmuto ante el número de páginas de un libro.
     Gracias

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