Revista Opinión

La tele y el servicio público

Publicado el 21 septiembre 2021 por Manuelsegura @manuelsegura
  • La tele y el servicio público

Es evidente que la Radio Televisión Canaria (RTVC), es decir, la cadena autonómica de las islas, ha jugado un importantísimo papel en cuanto a mantener informada a la población desde que este domingo comenzó la erupción del volcán de La Palma. Es sintomático que cada vez que ocurre una noticia que trasciende de lo habitual sea cuando muchos vuelvan la mirada hacia los medios públicos, verdaderos bastiones, en ocasiones como esta, de lo que es prestar servicio de utilidad a la ciudadanía. A algunos reporteros de la televisión autonómica canaria les sorprendió la erupción cuando se aprestaban a realizar sus conexiones en directo, en la zona de Cumbre Vieja, sabedores de que podía ser inminente este extraordinario fenómeno de la Naturaleza.

Si repasamos el devenir de la RTVC, no ha estado exento de polémica desde que se promulgara la ley por la que comenzó a regirse en 1994, si bien la primera emisión no tuvo lugar hasta agosto de 1999, con un partido de fútbol entre los eternos rivales: la Unión Deportiva Las Palmas y el Club Deportivo Tenerife. Su modelo mixto, público-privado, sirvió de ejemplo a otras cadenas autonómicas, como es el caso de la de la Región de Murcia, La 7, cuya primera emisión data de 2006. Pero con independencia de los vaivenes que en el ente canario provocaran las vicisitudes de la política, la profesionalidad de sus trabajadores ha quedado demostrada en momentos como los ahora vividos, encabezados por su administrador único, el periodista rondeño Francisco Moreno García, cuyo nombramiento respaldaron significativamente en 2019 todos los partidos políticos del arco parlamentario canario, salvo uno: Ciudadanos. Por cierto, que Moreno ya fue presidente de la RTVC entre 2001 y 2005.

También los compañeros del centro de producción de RTVE en Canarias han rayado a gran nivel a lo largo de estos días. El Canal 24 horas y los Telediarios dieron cumplida cobertura de lo ocurrido, con jornadas interminables y extenuantes de sus curtidos profesionales, siempre al pie del cañón. Ello corrobora la máxima de por qué la gente suele recurrir a la televisión pública a la hora de informarse en caso de catástrofes. El ejemplo dado por los periodistas, cámaras, técnicos, productores y todos cuantos conforman el equipo que elabora y pone en antena la información ha sido para enmarcar. Habrá quien argumente que para eso nos pagan a cuantos trabajamos en los medios de comunicación; y no le faltará razón. Lo que pasa es que hay quien, en ocasiones, entiende su oficio como algo más que una obligación, e incluso quien disfruta haciendo bien su trabajo. Esa es la gente que suele dar la cara en casos como este. En los medios públicos, pero también en los privados, por supuesto que sí.

[eldiario.esMurcia 21-9-2021]


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