Revista Internet

La telecardiología podría ahorrarle millones de libras al NHS

Por Fransanlag @fransanlag

Últimamente es fácil que nos lancemos a usar la tecnología para casi cualquier cosa y, en demasiadas ocasiones, hay pocos datos reales que sustenten determinadas prácticas… eso sí, motivaciones hay muchas: porque mola, porque hay una promesa política detrás, porque tengo un profesional que sabe de eso (aunque pocas veces se plantea qué ocurrirá si ese profesional se va…), porque una empresa me lo está vendiendo (no necesariamente porque lo necesite…) y un largo etcétera…

El campo de la Telemedicina no está a salvo de esta tendencia, la verdad. Aunque cabe pensar que la Telemedicina SIEMPRE conviene, fue en una charla magistral en #teku20 de Emilio Domínguez (@emilienko) la que me demostró que no era tan así. Resumiendo la diapositiva en la que habla de ello, citando a Bergmo:

  • Para una población diana menor a 56 pacientes merece más la pena que se trasladen los pacientes.
  • Para una población diana entre 56 y 325 pacientes, merece la pena un proyecto de telemedicina.
  • Para una población diana mayor de 325 pacientes, merece más la pena contratar a un especialista.

No voy a entrar mucho a comentar este estudio, pues no es el motivo de la entrada. Pero, aunque los datos puedan no ser aplicables a nuestro entorno, nos hace pensar que antes de iniciar un proyecto de Telemedicina conviene analizar la situación, necesidades y objetivos del mismo y, creedme, no siempre se hace.

A pesar de decir esto, creo que no hacemos todo el uso que podríamos hacer de la misma. En mi opinión, el foco no debería estar centrado en evitar derivaciones, sino en prestar un mejor servicio y ayudar en la colaboración interniveles.

Aunque el ejemplo habitual en el que siempre se suele pensar es la Teledermatología (por su directa y sencilla aplicación: una cámara y un correo electrónico bastan), hay otras que podrían tener mucho más impacto, aunque requerirían una mayor inversión.

Un problema que frecuentemente afecta a l@s médic@s de familia (al menos a mi me pasaba) son las dudas con los electrocardiogramas. Habitualmente, cuando tenemos una duda con un electro, o buscamos a un/a compañer@ del centro de salud con más experiencia o no tenemos más remedio que derivarlo al siguiente nivel. Y siempre pensaba, ¿por qué no puedo escanear el electro y mandarlo al/la cardiólog@ para que me resuelva la duda?

Esto sería como una Telederma aplicada a Cardiología, es decir, mandar una imagen para su evaluación. Pero la Telecardiología está mucho más avanzada que esto y hoy día contamos con electrocardiógrafos que nos proporcionan un “electro digital” (llamémoslo así) que podría enviarse por medios electrónicos al especialista correspondiente, evitando la importante fuente de dudas y errores que supondría escanear el papel térmico de los electros de Atención Primaria (que, todo sea dicho, no suelen ser la joya de la corona).

En este sentido creo que es importante leer este interesante artículo de HITE.

En Reino Unido, la compañía Broomwell HealthWatch interpreta electrocardiogramas que les son enviados desde Atención Primaria por medios electrónicos (Telecardiología). Desde que el servicio se inició, han evaluado 130.000 electros de los que estiman que han evitado 117.000 derivaciones al segundo nivel asistencial (¡personalmente me parece una pasada!). Realizaron algunos estudios piloto que arrojaron los siguientes resultados:

  • Uno de dos años llevado a cabo en la Greater Manchester and Cheshire Cardiac and Stroke Network (GMCCSN) demostró que se podrían evitar el 63% de derivaciones si el servicio se extendiera a toda la red.
  • Otro piloto de 6 meses llevado a cabo en la Lancashire and South Cumbria Cardiac Network, demostró que con las derivaciones e ingresos evitados, podrían ahorrarse unas 46 millones de libras.

La empresa estima que si su servicio se extendiera a todo el país, el NHS podría ahorrar más de 100 millones de libras al año, una cantidad nada desdeñable.

Teniendo claro que siempre hay que manejar toda esta información con extrema (y científica) prudencia, tampoco podemos darle la espalda a estos datos.

Pienso que la Telecardiología no se está explotando todo lo que se pudiera (el que requiera una inversión mayor que una simple cámara doméstica echa bastante para atrás a l@s decisores) y que los datos expuestos en el artículo, deberían animarnos, al menos, a realizar un estudio similar en nuestro entorno para valorar adecuadamente el impacto.

En todo caso, queda claro que la Telemedicina nos abre un mundo fascinante de posibilidades por explorar, ¿no creéis?

Fuente: Hospital IT Europe.


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