Aunque la población reclusa ha descendido un 9,84% desde el año 2010, en el año 2012 se contabilizaban 68.597 personas privadas de libertad y cumpliendo cadenas de prisión en España.
En la actualidad, en cada centro penitenciario hay un equipo médico que se ocupa de la salud de los presos, pero cuando alguno necesita ver a un especialista o está recibiendo un tratamiento, hay que trasladar al interno al Hospital.
Es en estos casos cuando la telemedicina podría desempeñar un papel muy importante para mejorar la rapidez del servicio médico que reciben los internos y se consiguen evitar riesgos de fuga y un importante ahorro en los costosos traslados al hospital.
La telemonitorización de las constantes vitales del interno permite mejorar la calidad de vida del preso enfermo, ya que un especialista puede realizar el seguimiento del paciente sin que el interno tenga que trasladarse a un hospital para un seguimiento rutinario.
En centros penitenciarios como el de Navalcarnero en Madrid ya funciona un sistema de telemedicina que permite a los médicos especialistas acceder a los datos médicos tomados en la propia prisión por el personal sanitario.
Cuando un recluso necesita acudir a un hospital para su consulta por un médico especialista se activa un complejo protocolo para su traslado, se necesita de furgones especiales escoltados por la Guardia Civil y su coordinación con el centro hospitalario. Mediante la telemedicina se evitaría cualquier posible fuga, un importante ahorro económico y la mejora de la calidad de vida del interno al evitarse desplazamientos.
Revista Salud y Bienestar
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