Otra vez el genial y corrosivo Graham Annable pone el dedo en una de las más supurantes llagas de nuestra sociedad: ciertos contenidos de la televisión como (neuro)transmisores de negatividad y provocadores de estrés.
La televisión contiene toxinas(?)
Cuando estuve leyendo La ira. El dominio del fuego interior, un excelente libro del monje budista Thich Nhat Hanh, me quedó grabado en la memoria su concluyente exhortación a evitar ingerir todo tipo de productos contenedores de toxinas como, entre otras alimentos… ciertos programas de televisión.
No todos los alimentos son para nuestro cuerpo, algunos lo son también para nuestra mente y Thich Nhat Hanh lo tiene muy claro: debemos evitar todo tipo de productos intoxicantes. La ira en nuestro interior puede provenir de muy diferentes fuentes…
Objetivo: crear una realidad más amable
Recuerdo que una de las cosas que más me gusto de los amigos de Create&Share fue el slogan de su blog: “Creando una realidad más amable“. Ciertos contenidos de los medios de comunicación se nos presentan de forma totalmente opuesta: como creadores de una realidad hostil y desagradable.
En nuestros días, mirar ciertos noticieros o programas de televisión puede llegar a ponernos de muy mal humor. Pero nadie nos obliga a verlos, podemos evitar todo aquello que no nos sienta bien y seleccionar (pues es nuestra decisión: somos libres) los alimentos más adecuados para nuestra mente: aquellos que nos hagan (son)reír e inflar nuestro corazón de emociones positivas.
Encuentro la televisión muy educativa. Cada vez que alguien la enciende, me retiro a otra habitación y leo un libro. (Groucho Marx)