Revista Comunicación

La temporada de exposiciones 2014-2015 de otoño-invierno en Madrid

Publicado el 05 octubre 2014 por Universo De A @UniversodeA

La temporada de exposiciones 2014-2015 de otoño-invierno en Madrid

El ocio según Universo de A:

-La temporada de exposiciones 2014-2015 de otoño-invierno en Madrid.

-Temporada televisiva de otoño-invierno de 2014-2015.

-Los eventos de otoño-invierno en Madrid 2014-2015.

Estos enlaces anteriores (entre los que está incluído este artículo), son los llamados artículos recopilatorios, que se actualizan continuamente (hasta que termina la temporada que dice el título, momento en el que se publica uno nuevo), por lo que, para estar informado de todas las novedades, se recomienda volver a visitarlos a menudo.

Para una información más extensa o sobre otras cuestiones culturales (Turismo, críticas de Películas o Teatro… etc), visitar las secciones correspondientes que aparecen permanentemente en un listado a la derecha.

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Y con el verano recien terminado (aunque aún hace suficiente calor como para seguir llevando manga corta) llega el momento de que Universo de A vuelva a publicar estos artículos culturales recopilatorios que recogen algunas de las mejores opciones culturales (o eso pretenden), y que como siempre se van rellenando y ampliando a lo largo del tiempo… ¡hasta la primavera concretamente!.

Y no va a faltar que rellenar, se dice, se comenta, está previsto que esta sea una de las mejores temporadas de exposiciones en mucho tiempo, suenan grandes noticias y novedades: se dice que El Greco seguirá pisando fuerte (no es para menos, es su año, aunque la verdad, para mi gusto se ha quedado en poco); la expectación máxima por el cuadro de Antonio López, en el que lleva trabajando varias décadas, y en el que retrata a la Familia Real (y que por tanto ya se habrá quedado anticuado… también es mala suerte jajaja) terminará con una exposición en el Palacio Real sobre el retrato en las colecciones reales…. Todo ello sin mencionar la exposición histórica de “las joyas de la Corona españolas” (se comenta que se verán: la corona y cetro utilizados en las Proclamaciones Reales; la corona y el toisón de oro de la Virgen de Atocha, y quizás alguna sorpresa más… en cualquier caso, para verlas, se dice que se reabrirá alguna de las salas que ya estuvieron abiertas hace unos años y que formaron, originalmente, parte de los aposentos de los infantes de España) que, de forma supuestamente permanente, coronaran (nunca mejor dicho) la visita a palacio de forma apoteósica, formando parte de esa renovación de Patrimonio Nacional que está imponiendo la nueva directiva, aunque de momento, ya se sabe que van con retraso, la apertura de esa sala tendría que haber sido en septiembre….

Más colecciones privadas llegarán a Centrocentro (con sus habituales sistemas de cobro abusivos, presuponemos); y el lujo volverá al Thyssen con Givenchy (suponemos, tras el gran éxito de la de Cartier, una exposición magníficamente montada), en la que la icónica Audrey Hepburn seguramente tendrá cierto protagonismo.

Y para evitar tanta seriedad, supuestamente, el Círculo de bellas artes de desmarcará con una exposición sobre Ibáñez, el popular autor de cómics. ¿No os parece suficiente? Sorolla y su interesante periplo americano tienen visos de triunfar en la fundación Mapfre. Pero si tanto clasicismo os aburre, el futurismo en la fundación March seguro que os llamará la atención.

Aunque, sin duda alguna, una de las grandes exposiciones de este año, supuestamente la primera en nuestro país sobre este artísta, será la dedicada por el museo del Prado a Bernini (uno de mis artistas favoritos de toda la historia del arte, debo decir), que sin duda conseguirá también el triunfo del barroco en Madrid como lo hizo en Roma.

Como véis… ¡parece que nos espera una temporada intensa y muy emocionante!, ¡coged aliento antes de empezar, lo váis a necesitar!.

Como curiosidad última del blog, comentar que, los seguidores os habréis fijado, estos artículos recopilatorios suelen publicarse juntos (exposiciones/televisión/eventos), pero en esta ocasión no pudo ser, de modo que, durante mucho tiempo, en enlace que guiaba a este artículo concreto no estuvo disponible, puesto que no estaba publicado, aunque dejaba constancia de que iba a aparecer… ¡pues nada, ahora ya sí que están completos los artículos recopilatorios de la temporada 2014-2015 de otoño-invierno en Madrid!.

En fin, comenzamos nuestro recorrido expositivo:

Biblioteca nacional

Siempre me alucinará el sistema expositivo que tienen aquí: en primer lugar, hay, casi siempre, dos espacios expositivos dedicados a lo temporal, uno es el grande, y el otro la sala hipóstila (más recogida, pero que a menudo, nada tiene que envidiar a lo que se ve en la sala grande, y cuyos montajes son casi siempre más ingeniosos que los del resto, precisamente por la falta de espacio)… pero además, la BNE se está acostumbrando a hacer exposiciones alternativas en salas perdidas por el museo (sí, tal cual se lee), las cuales, para encontrarlas, requieren casi hacer el recorrido entero por la zona permanente. Personalmente, como cuando voy a una exposición temporal en un museo, a menudo vuelvo a hacer un recorrido rápido por este, puesto que me gusta, así que me importa menos, pero francamente, no da buena imagen, es completamente desastroso que se haga de esa manera y da un poco de vergüenza ajena que las salas, supuestamente permanentes, estén en una especie de transformación continua, que quita mucha categoría a un museo que, de por sí, tampoco es gran cosa, asunto que desgraciadamente hay que decir, y en el que, y eso es lo peor que se puede decir de él, muy a menudo, es más importante e interesante lo que se muestra en las exposiciones temporales que en la permanente, y eso, creo que es una de las peores cosas que se puede decir de un museo que aspira a tener una categoría, como debería de hacer el templo por excelencia de nuestra literatura que es la Biblioteca nacional.

Y es que, si bien es cierto que la Sala de las musas ya se había pensado en un principio como zona para mostrar algunos tesoros de la BNE (cosa que sería cuestionable decir si se ha cumplido); lo que no puede ser, es que ahora, en la vecina sala del piano, y en la salida, proliferen las exposiciones como setas, ¡que se habilite un sitio decente y sobre todo que esté bien indicado!.

Además, algo mucho más frustrante últimamente, ¿os podéis creer, que habiendo dos exposiciones dedicadas a la música, en ninguna de ellas se escuche una sóla nota musical?, ¡qué mal!, ¿pero como es que nadie se da cuenta de estas cosas tan básicas?, ¿qué sentido tiene acudir a una exposición que trata sobre música si no te enseñan nada de ella?, ¡es completamente absurdo!.

En fin, en cualquier caso, las exposiciones que podéis encontrar (si las buscais muy concienzudamente), en este momento, son:

No olvidar, que algunas exposiciones aún se mantienen hasta bien entrado el otoño, para reconsultarlas, mirar aquí.

-CANTORALES: la BNE saca a relucir su colección de cantorales litúrgicos, con lo que lógicamente esperas que sea algo tremendo: grandes notas rodeadas de preciosas ilustraciones y todo tipo de motivos decorativos llenos de alegorías o de figuras bíblicas por doquier, una riqueza preciosa e inmesa, iluminada gracias a tanto dorado… desgraciadamente, en ese aspecto, la exposición es un tanto decepcionante, pues a nivel de ilustración deja bastante que desear, y tampoco se ven muchísimas letras hiperadornadas. Los cantorales son bonitos, pero nada que deje pasmado.

Por su parte, la exposición está bastante bien montada y se aprenden cosas interesantes; aunque, como ya digo arriba, se hecha de menos escuchar algún tipo de música, ¿de verdad era tanto pedir poner algún tipo de audio con las músicas que vemos en los cantorales, aunque no fuera con mucho volumen?, ambientaría mucho mejor la exposición y ganaría tremendamente en estética.

-LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA EN LA ZARZUELA: tras el terrorífico precedente de Pessoa, parece estarse extendiendo en la BNE las que de ahora en adelante clasificaré como “las exposiciones tomadura de pelo” (esperemos que esa raza infame muera con la actual), ¿en que consiste este nuevo género expositivo? pues bien, me gustaría saberlo, daría cualquier cosa por hablar con alguno de los organizadores de esta o de la de Pessoa para saber en que estaban pensando.

A falta de ello, tengo mis propias teorías e hipótesis plausibles: a un tipo (probablemente un funcionario) le encargan comisariar una exposición, y dice “uff que pereza, ¿pero de verdad tengo que hacer esto?”, y así va retrasando el tema hasta que le llega la fecha límite para presentar el tema del que irá la exposición; como aún no ha hecho ni investigado nada, coge una enciclopedia de la sala de lectura de la BNE y con un cuchillo, cual artista dadaísta, se encuentra con un tema “zarzuela”, hunde el elemento cortante una vez más y le sale “guerra de la independencia española, y así, el “competente” comisario exclama triunfante: “¡ya sé, una exposición sobre la guerra de la independencia en la zarzuela”, y así, con esa satisfacción que da el sentido del deber cumplido, sonríe triunfalmente.

Pero vamos a dejar de lado las hipótesis y las teorías varias (que a mí no me parecen del todo desfasadas) y hablemos de lo que nos encontramos: la temática, apasionante, a mí me atraía mucho y estaba deseoso de verla… por eso la decepción fue tan profunda y tremenda.

No hay por donde coger esta exposición, si en la de “Fernando Pessoa en España” descubríamos que Pessoa no sólo no había pisado jamás España, sino que si conocía a un español, era de vista (y se supone que la temática de la exposición era exactamente la contraria); en esta de “La guerra de la independencia en la zarzuela”, fácilmente nos encontramos con cartelas como estas:

“Ruperto Chapí jamás compuso nada relacionado con la guerra de la independencia, pero sí es cierto que su vecino conocía a un pianista aficionado que de vez en cuando tocaba algunas melodías que, supuestamente, sonaron en Cádiz en 1812″.

O:

“Se dice que Arrieta pudo haber colaborado, a través de una nunca encontrada correspondencia, en alguno de los acordes de la nunca estrenada zarzuela de Perico de los Palotes que trataba de la enorme influencia que había tenido en Tomboctú la guerra de la independencia española”.

E incluso:

“En esta zarzuela, los personajes están tan enamorados que se escapan a la Rusia zarista y terminan viviendo en la américa colonial, eso sí, en un momento determinado (aunque varias versiones posteriores suprimen esa frase) un personaje del fondo del coro exclama: “llevas más equipaje que el Rey José”, referencia que podría aludir al hermano de Napoleón, aunque también podría referirse al Príncipe heredero de Portugal… o quizás a ninguno de los dos”.

Tal vez yo esté exagerandolo un poco, y dándole un toque cómico, pero no os creáis que demasiado, porque la exposición es un completo desastre.

En definitiva, a nivel de información no hay por donde cogerla; respecto a lo que muestra, es moderadamente interesante, pero sólo si se es muy fan de la Zarzuela; y lo peor de todo… los vídeos, estás ansioso por oír alguna de las melodías sobre las que estás leyendo y que tanto se referencian, y cuando te pones los cascos… sólo oyes a un insufrible locutor habla que habla, soltando el mismo rollo que ya has leído y sin ser capaz de escuchar una maldita nota musical, en definitiva, una pesadilla en toda regla.

En definitiva, una auténtica tomadura de pelo que ya se repite por segunda vez en esta institución de una forma peligrosa y muy desagradable; y mi sentencia al respecto es definitiva, para hacer esto, mejor no hacer nada.

-LAS PÁGINAS EN BLANCO DEL LIBER CHRONICARUM: es la exposición más extravagante y más calamitosa a nivel de montaje que he visto en toda mi vida. Una de dos, o es una obra maestra del vanguardismo en una especie de nueva ola del comisariado expositivo y yo no me he dado cuenta; o es el caos más injustificado y absurdo posible (más probablemente sea esta última opción).

¿Por qué?, bueno, la reducida exposición “empieza” (si es que lo hace, con tanta vanguardia, a lo mejor eses conceptos ya están desfasados) en la sala en la que hay un piano y cercana al aula del Quijote; como todas las que se hacen aquí, es mínima y te encuentras lo básico; pero en este caso es tan excesivamente reducida y la falta de información es tan notoria, que te vas sin enterarte de mucho, vamos, que si no la hubieran hecho, tampoco hubiera cambiado mucho tu perspectiva de la vida.

Y luego, si tienes suerte, no te despistas, preguntas, y vas por el sitio adecuado, te encontrarás una exposición de los alumnos de la Escuela superior de diseño con sus propuestas pretendidamente artísticas para rellenar, hipotéticamente, las páginas en blanco del libro.

Llegados a este punto, y después de tanto esfuerzo y búsqueda tan denodada, ¿merece la pena?, la respuesta tristemente es: no.


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