Esto es un artículo recopilatorio, que se actualiza continuamente (hasta que termina la temporada que dice el título, momento en el que se publica uno nuevo en esta misma sección de Turismo), por lo que, para estar informado de todas las novedades, se recomienda volver a visitarlo a menudo.
Aclarar que, en este artículo en concreto, las últimas actualizaciones siempre son las más pegadas a estas líneas, es decir, las que están más arriba del artículo; y por tanto, las que están más abajo, son las que he comentado hace más tiempo.
Para una información más extensa o sobre otras cuestiones culturales (Turismo, críticas de Películas o Teatro… etc), visitar las secciones correspondientes que aparecen permanentemente en un listado a la derecha.
Si hay algo que aún no he publicado, y sin embargo te interesa, pregunta a través de un comentario, puede que te ayude, ya que a lo mejor lo he visto, pero no he tenido tiempo de escribirlo.
………………………………………………………….
Comienza una nueva temporada, el tiempo cambia… ¡y las exposiciones también!; y, aunque últimamente parece que presto menos atención a todas estas cosas, pues me he vuelto más sosegado, ¡aún sigo al pie del cañón en lo posible!.
Curiosamente, comienzo este artículo hablando de algo no muy habitual (ni en los recopilatorios ni en el blog en general), pues ya sabéis que no soy muy de ir de galerías, ya que como dice cierto importante libro, “el espíritu está pronto, pero la carne es débil”… nunca he conseguido sacar ni el tiempo ni las ganas para ello, aunque alguna vez, rara, me haya dedicado a recorrer unas cuantas… tal vez se deba a que no dejan de ser exposiciones muy pequeñas y cortas, con lo que siempre hay que asegurarse de ver varias para que compense el desplazamiento, sin mencionar que no siempre la calidad está a la altura o confirmada (siempre es un riesgo y una apuesta), digamos que cuando vas a un museo, ya estás algo más seguro de lo que ves… luego te podrá gustar más o menos, pero eso ya es otro tema.
Y luego también depende del interés y el gusto que puedas tener por el arte contemporáneo como para que compense ir… pero francamente, aunque te guste algo más clásico, de elegir algo “comercial”, francamente, siempre preferiré visitar una galería que una casa de subastas, pues en estas últimas casi siempre te está dando la impresión de ver material desechable y de segundas; al menos en una galería puedes descubrir algo interesante, especial y novedoso.
De hecho, hace tantísimo tiempo que no pasaba por la calle Orfila (que en mi memoria, era la calle por excelencia de las galerías de arte), que no había podido observar cuánto había cambiado… pues en mi recuerdo de hace años, había un montón de galerías en esa zona, en plan de andar dando dos pasos y toparse con una… en este momento apenas he encontrado dos, las únicas que parecen haber resistido (aunque las más relevantes en mi remembranza, también debo decir).
Sea como sea, en este momento, en Madrid, podemos encontrar:
Galería Marlborough
Por una serie de circunstancias, estuve en la inauguración, en la que el catering fue servido por “Mara catering”, empresa que no quedó muy bien y llevó a cabo un pésimo trabajo: ni la bebida que se servía era de gran calidad (el vino blanco era espantoso) y mucho menos los aperitivos.
Si a ello sumamos la extremada impertinencia, incompetencia y pésimo servicio de los camareros, que se comportaban cómo los dueños del lugar o cómo si te estuvieran haciendo un favor trabajando aquella tarde (sería imposible enumerar todo lo que hicieron mal, pero, por destacar algunos detalles: el camarero más viejo apartaba, intencionada y repetidamente, la bandeja de los canapés si intentabas cogerlos; y los jóvenes corrían por toda la sala como si estuvieran en una inexplicable carrera y sólo hubiesen sacado las bebidas para airearlas o para ver quién podía transportarlas más rápido sin que se cayesen, porque otra cosa… es más, daba la impresión de que todo lo que no se comiese la gente se lo iban a tomar ellos, porque si no, no se explica el que evitaran, tan concienzudamente, que la gente pudiese acceder a la comida y las bebidas, es más, ¡hasta casi parecía que les sentaba mal que la gente las cogiese y las ofrecían como obligados!).
Podemos concluir, así pues, que la galería no pudo escoger peor la empresa que se ocuparía de agasajar a los asistentes al acto. Esperemos que jamás los vuelvan a contratar, porque no me imagino peor forma de quedar mal de una manera tan tonta e innecesaria como esa (y es que verdaderamente este tipo de cosas crean una mala impresión del sitio que visitas, pues, aunque no sean los responsables directos de la cuestión, sí que crea una cierta desconfianza hacia el lugar -la galería Marlborough, en este caso-, si ves que no son capaces de gestionar algo tan obvio y básico como es un catering y su propio evento de inauguración), pues existen tantas empresas que pueden hacer un buen trabajo, y más tratándose de algo tan básico y sencillo….
-LEIRO, CUERPO INVENTADO: nueva exposición de un artista gallego más que consolidado y conocido; y en esta muestra se demuestra el porqué.
Sin embargo, he de decir que la exposición es muy desigual, hay obras bastante interesantes y otras por las que he pasado de largo.
Tampoco me convence del todo el que haya conseguido llevar a buen fin su idea de representar la fusión (y quizás dominación) de objeto a sujeto.
Curiosamente, los “extras”, como los bocetos, ha sido de lo que me ha parecido más interesante.
Con todo, hay que reconocer que hay algunas que otras obras interesantes, por las que realmente merece la pena pasarse por la galería y saber que de nuevo está haciendo este importante artista de nuestro panorama artístico contemporáneo.
Galería Orfila
Antes de entrar, recomiendo leer un cartel que está pegado en la puerta (lleva ahí años, es un milagro que no se decolorase) y en el que aparece un cuadro de Tiziano… siempre me ha gustado su mensaje y su idea.
-ANTÓN DÍEZ, RESTOS DE BATALLAS: interesantísima obra de muy cuidada estética, y sin duda alguna, evocadora.
He sabido que no le ha ido muy allá con esta exposición (a pesar de que, en general, por lo visto, ha gustado, algo absolutamente lógico, por otra parte), y en mi opinión, es absolutamente injusto.
Me encanta su toque nostálgico, las referencias al arte clásico (Velázquez, los libros medievales iluminados), pero a la vez a la ilustración y los materiales infantiles como los cuentos troquelados, en relieve, o los juguetes antiguos como los soldados de plomo… te evoca los cuentos clásicos, a Juana de Arco, el Rey Arturo y sus caballeros… etc.
El hecho de no utilizar materiales nobles refuerza todo lo anterior, pues nos recuerda también el cierto origen artesanal del juguete y un viejo estilo de entretenimiento, información e ilustración que parece desaparecido o pasado de moda en esta era digital de tablets y smartphones.
Y sin embargo, a la vez, es una parodia de todo lo anterior, pues su obra tiene un inteligentísimo sentido del humor. Además de un cierto y encantador toque de decadentismo.
En conclusión, alcanza el difícil mérito de conjugar modernidad y clasicismo con una habilidad de lo más reseñable, pues fácilmente las obras que se exponen gustarán tanto a los más académicos como a aquellos que prefieren un cierto rupturismo, ya que tiene un toque que realmente puede satisfacer a todos.