Saga: Placer (2/2)
Reseña libro uno: El placer de un beso.
Autor: Teresa Medeiros
Editorial: Titania/Urano
*Gracias a Ediciones Urano por el libro*
Sinopsis:
Maximilian Burke, lord Dravenwood, siempre se ha comportado como un caballero perfecto y un hombre cabal, y se sentía orgulloso de ser la clase de prometido que toda madre querría para su hija. Pero cuando el canalla de su hermano le roba a la novia literalmente en el altar, Max decide que es más satisfactorio ser un juerguista que un gentilhombre. Obligado a huir de Londres después de un duelo, Max se refugia en Cadgwyck Manor, una mansión de su propiedad ubicada en la solitaria costa de Cornualles, un lugar tan salvaje y encabritado como su temperamento. Allí se encuentra con la hostilidad de los sirvientes, encabezados por su ama de llaves, la sensata e inflexible Anne Spencer, y también con el fantasma que, según la leyenda del lugar, acosa la derruida mansión. Pero, finalmente, no es Angelica, la Dama Blanca de Cadgwyck, quien empieza a poblar los febriles sueños de Max, sino la misma Anne, su mortal enemiga.Teresa Medeiros es una de mis autoras favoritas dentro del género romance histórico, siempre es un placer perderse en sus novelas y después de la primera parte de esta serie de verdad que contaba los días para este libro.
—Miel. Azúcar —murmuró él, su ronca voz de barítono una seducción por sí sola. Su aliento rozó la delicada piel de detrás de la oreja de Anne—. Canela. Nuez moscada. Vainilla. Nata fresca.
Anne abrió los ojos bruscamente. No estaba intentando seducirla.
¡Estaba olfateándola!
Después de que su novia lo plantara en el altar para escapar con su hermano, Max ha dejado de intentar ser perfecto. Él siempre había sido el perfecto caballero pero ahora está hastiado de representar ese papel, por eso decide irse a una de las propiedades de su familia más alejada de todo el alboroto de Londres.
Es así como termina en Cadgwyck Manor, pero lo que Max no sabe, es que dentro de la casa lo espera una dama de blanco con una gran leyenda que aterroriza a los aldeanos y una ama de llaves que hará todo lo posible por deshacerse de él.
Algo que me gusta mucho de la autora es que suele presentarnos unos protagonistas totalmente dispares, los cuales a pesar de la atracción física que puedan llegar a sentir, se la viven peleando. Ya saben que soy fan de este tipo de relaciones y la autora siempre me complace con eso.No hay nada que disfrute más que ver a una pareja picarse con diálogos divertidos y descarados y créanme cuando les digo que Max y Anne no saben hacer otra cosa.
—No he venido a este lugar buscando absolución. Y desde luego no necesito su absolución, señora Spencer.
— ¿Qué necesita entonces, milord? —preguntó, sintiendo que su respiración se agitaba y que sus labios húmedos se entreabrían con desafiante temeridad. La mirada ardiente que Dravenwood posó en sus labios le permitió vislumbrar peligrosamente lo que necesitaba. No era perdón, sino olvido, aunque fuera sólo por una noche o quizás incluso por unas pocas horas. Lo que ansiaba era la oportunidad de ser ese hombre inconstante que podía acostarse con una mujer únicamente porque la deseaba, no porque la hubiera amado casi toda su vida.
Además de una buena historia de romance, que no cae en lo empalagoso, el libro está lleno de misterio, pues Cadgwyck Manor tiene un secreto que me tuvo pegada al libro e ideando teorías que desde luego no acerté, pero al final de cuentas termine encantada con la resolución final y me quede algo apenada pues la historia de los hermanos Burke ha llegado a su final.