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La teoría del sandwich mixto o el imperio de la mediocridad

Por Juan Carlos Valda @grandespymes

La teoría del sandwich mixto o el imperio de la mediocridad

Por Roberto García

Quizá has oído hablar alguna vez de la teoría del sándwich mixto. Dicha teoría se basa en el hecho irrefutable de que a todo el mundo le gusta un sándwich mixto, pero probablemente nadie lo elegiría como plato principal de su boda o para agasajar a invitados especiales que llegan a cenar a casa por primera vez. El sándwich mixto cumple su función perfectamente, que es quitar el hambre, tiene buen sabor, es fácil de preparar, pero no tiene nada especial, nada destacable. Podemos decir que el sándwich mixto es un plato mediocre, no en el sentido peyorativo que muchas veces se le da al adjetivo mediocre, sino en el sentido de que en una escala que mida cómo de apetitoso es, le daríamos un cinco, o puede que hasta un seis, pero no más.

Y sin embargo, mires donde mires a tu alrededor, todo está lleno de cosas mediocres. Rara vez un libro o una película te deja huella, pocos profesores te marcaron durante los estudios y no son muchos los compañeros de trabajo a los que puedas considerar un gurú en lo suyo. El libro, la película, el profesor o el compañero que te rodea son correctos, sin más. Vamos, que todo está lleno de sándwich mixtos.

En general la sociedad nos invita cada vez más a no pensar mucho y a aceptar los códigos de conducta impuestos, sin más. El que sale del redil suele llevarse una colleja que le hace volver al rebaño rápidamente. Las aspiraciones de la gran mayoría no van más allá de hacer tu trabajo lo más correctamente que se pueda, cobrar a fin de mes y meterse en los menos jaleos posibles. A todos nos gustaría mejorar nuestro sueldo o tener un retiro plácido en el que el dinero no sea un problema, pero si para conseguirlo es necesario esforzarse asumiendo nuevos retos o salir de nuestra zona de confort, volvemos a conformarnos enseguida con nuestro sueldo y se nos pasan las aspiraciones rápidamente.

Ojo que la sociedad en general y l as empresas en particular también rechazan a los que no cumplen con su deber. Nadie quiere trabajar junto a un vago o alguien que no tenga un mínimo de competencia para hacer su trabajo, pero una vez alcanzado ese mínimo, hay poco aliciente para mejorar. Normalmente la recompensa va a terminar siendo la misma por lo que el esfuerzo no merece la pena y las personas demasiado innovadoras suelen ser vistas más como frikis que como referentes.

Vaya por delante que a mi siempre me ha parecido perfectamente respetable el tener una actitud llamémosla conformista ante la vida. ¿Por qué tengo que salir de mi zona de confort si, precisamente, estoy muy confortable en ella? Y también me parece que si todo el mundo fuera un sándwich mixto, la cosa iría mucho mejor porque el problema es que hay por ahí mucha gente que es un plato de acelgas sin sal. Pero a la vez es triste que personas con talento y con iniciativa se vean al cabo de un tiempo engullidos por esa mediocridad mayoritaria, donde lo disruptivo es más bien visto como algo malo como es el caso de esas personas que intentan emprender y que viendo las dificultades encontradas, acaban estudiando unas oposiciones para convertirse en funcionarios.

¿Y cómo se sale de esta mediocridad? El filósofo canadiense Alain Denault propone elevar esa media mediocre, aumentando la inteligencia colectiva de la sociedad, impulsando una cultura de formación continua... todo un poco ideal me parece a mi, pero por ahí deberían ir los tiros. De alguna manera hay que empezar.

Fuente: https://balcon40.com/2022/07/18/la-teoria-del-sandwich-mixto-o-el-imperio-de-la-mediocridad/

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