Revista Cultura y Ocio
No es la primera novela que leo de este autor. Gaspar Hernández ya me sorprendió con su anterior novela El silencio, que yo leí en catalán y que disfruté muchísimo a pesar de no considerarla una novela comercial, un best seller al uso.
Por eso cuando vi entre las novedades de Planeta La Terapeuta, supe que tenía que ser mía, hubiera preferido leerla en catalán, por aquello de que los sentimientos se expresan mejor en la lengua que uno maneja a diario, y por la musicalidad que fui capaz de encontrar en la otra novela y que en esta he buscado sin resultado alguno.
La terapeuta es una novela que sorprende, al menos a mi me ha sorprendido, parte de uno de las enfermedades más comunes de nuestros días, la ansiedad, como de fondo había un asesinato deduje yo erróneamente que se trataba de una novela negra, sin embargo el asesinato solo es el desencadenante de la trama, el factor involuntario que une a dos personas la terapeuta, Eugenia Llort, y el paciente, un actor que involuntariamente presencia un crimen, Héctor Amat.
Gaspar Hernández con su segunda novela se ha consagrado a mi modo de ver en un autor a tener en cuenta, con tramas que se salen de lo habitual, en las que la literatura, y el buen hacer literario no es un convidado de piedra.
El autor:
Gaspar Hernández nace en Girona en 1971, es escritor y periodista. Ganador del Premio Josep Pla porEl silencio, libro de ficción más vendido en Cataluña el año 2009, dirige y presenta el programa L'ofici de viure (El oficio de vivir) en Cataluña Radio.su novela
Podéis visitar su página web
www.gaspar-hernandez.com
En twitter
@gasparhernandez
Sinopsis:
Héctor Amat es un actor que padece ansiedad. Después de presenciar por casualidad el asesinato de una joven, se bloquea y no recuerda detalles de lo sucedido.
Para mitigar su angustia y recuperar su memoria, Héctor acude a la consulta de la psicóloga Eugenia Llort, la terapeuta que lo atendió después del crimen. Esta relación en un primer momento profesional, se irá convirtiendo en una relación de dependencia que llegará a límites inusuales. Para que el pueda actuar, ella acudirá cada noche al teatro en el que Héctor interpreta a Dick Diver, el personaje protagonista de Suave es la noche. Pero como su propio personaje, un sicólogo que se enamora de una paciente, él también terminará por enamorarse perdidamente de su terapeuta.
Una excelente novela que aborda con sensibilidad e inteligencia el problema de la ansiedad, una de las enfermedades de nuestro siglo
Mis impresiones
Una vez superado mi error, es decir consciente de que no tenía una novela negra entre manos, me dispuse a disfrutarla, dejé mi mente en blanco y dejé que el autor imprimiera en ella sensaciones, que me contara su historia. Y reconozco que esta me llegó muy adentro, porque Gaspar juega con el lector contándole la historia primero desde la perspectiva del actor, supuesto paciente en esta trama, y después desde la perspectiva de la terapeuta. De esa forma empezamos a encajar las piezas del puzle que quedaban sueltas, que no comprendíamos, que no eramos capaces de colocar a ningún sitio porque simplemente no encajaban y por ese motivo buscábamos dobleces en unos personajes que eran incapaces de ello.
Comienza la novela un sábado cualquiera Hector Amat después de la representación de Suave es la noche sale del teatro Romea para irse a su casa, no es que sea antisocial, pero tiene sus normas, es abstemio y no le gusta ir de copas con los compañeros. En el parking en el que tiene aparcado su coche presencia un asesinato, aunque en un primer momento no es consciente de ello.
A partir de ese momento su mente bloquea todo lo que sucedió después. Y al mismo tiempo y como corresponde a un hombre tan perfeccionista como él, la ansiedad le gana terreno a pasos agigantados, hasta el punto de producirle bloqueos en la calle, inestabilidad, mareos, vértigos.
Decide apoyarse en la terapeuta Llort, la psicóloga del turno de guardia que le atendió tras el asesinato, entre ellos se produce una relación un tanto extraña, y yo diría que muy poco normal entre paciente y terapeuta. La relación de dependencia el lector la percibe como mutua, a pesar de que Amat cree que ella simplemente es una mujer excepcional que se preocupa por su paciente.
Quién tampoco será ajeno a esta relación serán sus compañeros de trabajo que intuyen una relación romántica entre ellos, y su ex mujer Ruth, que le hace ver que no es una terapeuta al uso. Posiblemente por los comentarios de su mujer y porque el ya está más que enamorado decide traspasar más fronteras. Sin embargo es en la tercera parte en la que comenzamos a comprender algunas cosas, cuando encaramos la perspectiva de Eugenia y en estos momentos se nos rompen muchos esquemas.
Estilo
La novela está dividida en tres partes, narradas en tercera persona por un narrador omnisciente que nos ofrece todos los ángulos posibles de esta historia, manteniendo oportunamente en la sombra, datos que no necesitamos conocer en esos momentos.
En las dos primeras partes se nos ofrecen los hechos desde la perspectiva de Héctor, su estado de ánimo, su forma de vivir la enfermedad, sus miedos, su perfeccionismo, su relación con la terapeuta de la que pasa a depender de una forma casi enfermiza. Su visión un poco desenfocada de su profesión y de su éxito. Su llegada al mundo de la interpretación, su forma de verse dentro de la farándula, las limitaciones que se crea el con su perfeccionismo. Su matrimonio fallido con una periodista que ahora intenta ser su mejor amiga. Héctor se convierte durante la primera parte sobre todo en el ombligo de la novela y quiere que todo gire a su alrededor, piensa que su incapacidad para actuar se debe a que es mal actor, veremos que su dependencia se está volviendo peligrosa hasta el punto de enamorarse de la terapeuta, e intuir que ella siente lo mismo por él.
En la segunda parte la obsesión de Héctor por saber que sucedió la noche del asesinato le lleva a ir haciendo averiguaciones, por si mismo es incapaz de recordar, tampoco parece que Eugenia tenga mucha prisa porque lo haga, y eso nos lleva a preguntarnos el porque. Sin duda la terapeuta nos parece una mujer rara, misteriosa, y Ruth ayudará a que tengamos esa percepción de ella.
En la tercera parte, es cuando comenzamos a ver las cosas narradas desde el punto de vista de Eugenia, retrocedemos bastante hasta saber porque decidió ser terapeuta, así vamos comprendiendo su personalidad y poco a poco conforme vamos averiguando cosas, conforme las piezas del puzle van encajando nos damos cuenta de la maestría del autor a la hora de tejer esta trama en la que nada es lo que parece, y en la que nos daremos cuenta hasta que punto uno es el peor critico de sí mismo.
La ansiedad
Esta es una enfermedad bastante común en nuestros días por el ritmo de vida que llevamos, por las miles de preocupaciones que nos rodean y por las circunstancias sociales y económicas que nos toca vivir.
Precisamente este es uno de los temas que se toca en la novela, la coyuntura social y económica, Hector decide ignorar las noticias, la actualidad el lo llama ayuno de noticias, y lo hace porque la crisis que estamos viviendo lo desestabiliza, le imposibilita pensar en otras cosas, sin embargo aunque bloquee la información hay cosas que le sirven de barómetro, su sueldo ha bajado bastante, la gente acude menos al teatro, los actores tienen que maquillarse ellos mismos, muchas comodidades han desaparecido en el mundo de la cultura para abaratar costes. He creído entrever, leer entre líneas una critica velada a esa subida del iva que ha supuesto una puntilla para el mundo de la cultura, hasta el punto de hacer desaparecer teatros.
Pero Héctor no es el único que padece ansiedad, también Ruth, su mujer, el periódico en el que trabaja prepara un ERE, su posición en la empresa está tocada por su cruzada contra los insultos, esta intuye que tiene un pie fuera de la empresa y posiblemente los dos. Nos encontramos con dos formas distintas de encarar la ansiedad, Ruth prefiere tomar ansiolíticos que la sumergen en un estado de flotación continúa.
A través de la periodista que tiene los pies más en el suelo que su ex marido, nos encontramos ante una crítica a los insultos vertidos en los comentarios de las ediciones digitales, unas ediciones que nadie controla porque de hacerlo se pierden los lectores y al final hay que primar las lecturas sobre la elegancia en los comentarios. Y es que no nos olvidemos que los periódicos físicos o digitales no dejan de ser empresas, que necesitan de beneficios para seguir funcionando.
Al mismo tiempo nos encontramos literatura dentro de la literatura y esto ya no tiene que ver con la ansiedad, la obra representada tiene su reflejo en papel, en una novela de F. Scott Fitzgerald, también t Héctor es un gran lector y nos comenta sus lecturas y la terapeuta Llort también.
Pero no solo tiene el autor guiños para la literatura, también para el cine, para hacerse eco de las rarezas de Woody Allen no tan alejadas de las de nuestro actor. Nos cuenta anécdotas de su paso por Barcelona para grabar. Anécdotas del cine que más vale que conozcáis de primera mano porque para mí han constituido uno de los alicientes de la historia
La novela nos puede atrapar por varios frentes, su realismo es impresionante, si alguna vez has sentido ansiedad seguro que verás los síntomas reflejados con absoluto realismo, si la sicología no es un tema que te seduzca, te pueden atrapar, por la literatura, por le cine, o bien por el misterio que envuelve a Eugenia Llort.
Conclusión
La terapeuta me ha convencido, la he disfrutado los días que me ha acompañado, es una lectura relativamente corta, unas 255 páginas agradecimientos incluidos, una novela a la que no le falta ni le sobra una coma. Una historia que coloca a todos los personajes en su sitio, unos personajes a los que conocemos sobre todo sicológicamente, dejando el físico para los meramente circunstanciales, para los que pintan poco o nada en esta historia.
El tema yo lo tengo poco trillado, y por ese motivo por lo cotidiano que puede llegar a ser, y por la forma de afrontarlo que tienen cada uno de los personajes, me parece una lectura atractiva, el misterio que envuelve a Eugenia Llort queda revelado en la tercera parte, en la que la figura de Hector Amat se difumina para ganar en protagonismo ella.
Una misma historia vista desde dos perspectivas, ¡Que diferente puede resultar! Gaspar Hernández me ha vuelto a enamorar con su prosa, me ha hecho comprender que la psicología también tiene cabida en la literatura y no por ello deja de ser atractiva la trama.
Estoy segura que volveré a repetir con el autor cuando este decida volver a publicar, en que lengua es lo que desconozco, me gustaría volver a paladearlo en catalán por los matices que le encuentro, no descarto afrontar la lectura de esta novela en esta lengua si me cruzo con ella en la biblioteca, para comparar impresiones y sensaciones.
Retos
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