Revista Salud y Bienestar

La terapia génica restaura la audición y mejora la visión

Por Jesus Gutierrez @saludymedicina
La terapia génica restaura la audición y mejora la visión
Los investigadores de la Escuela de Medicina de Harvard han dado otro paso decisivo en sus esfuerzos por desarrollar una terapia genética para personas con sordera y ceguera progresiva.

Una nueva forma de administrar una versión corregida del gen defectuoso que causa el síndrome de Usher, PCDH15, restauró la audición en modelos de ratón y mostró potencial en organoides de retina y primates no humanos para mejorar la visión.

Esta es la segunda terapia génica experimental para el síndrome de Usher desarrollada por el Instituto Blavatnik de la HMS. Investigaciones anteriores demostraron que una estrategia de administración de genes diferente restablecía la audición en ratones. El nuevo método ofrece una segunda opción si el primer enfoque resulta inseguro o ineficaz cuando se prueba en humanos.

Un desafío central en el diseño de una terapia con el gen PCDH15 es que es demasiado grande para caber dentro de la cáscara ahuecada de un virus adenoasociado, o AAV, el vehículo más común y más seguro utilizado para transportar genes a las células objetivo.

La nueva estrategia consiste en cortar el gen completo en dos, insertar cada mitad en un AAV y administrar los AAV al oído interno o al ojo. Allí, las mitades se vuelven a unir y comienzan a dar instrucciones a las células para que produzcan correctamente la proteína que codifica el gen, la protocadherina-15.

Las personas con síndrome de Usher tipo 1F nacen sin audición ni sentido del equilibrio y pierden gradualmente la visión. El nuevo método restableció la audición y el equilibrio en los ratones.

Los modelos de ratón existentes no experimentan el tipo de pérdida de visión observada en el síndrome de Usher tipo 1F, por lo que el equipo no pudo estudiar si su visión mejoraba. Sin embargo, la terapia dual con AAV aumentó los niveles de protocadherina-15 en las células sensibles a la luz de los organoides de la retina humana y las retinas de primates no humanos. La proteína también migró al lugar correcto en esas células. Ambos resultados sugieren que la estrategia de tratamiento puede algún día actuar para preservar la visión de los pacientes.

El estudio fue publicado en el Journal of Clinical Investigation.


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