La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) ha emitido una alerta sobre incremento del riesgo de cáncer de ovario asociado a medicamentos indicados en Terapia Hormonal Sustitutiva (THS). La AEMPS se refiere a fármacos indicados en THS que contienen estrógenos o una combinación de estrógenos y progestágenos. También incluye tratamientos que contienen el principio activo tibolona y a los de marca Duavive (bazedoxifeno + estrógenos conjugados).
La ficha técnica y prospecto de estos medicamentos ya incluía información sobre un ligero incremento de riesgo de cáncer de ovario asociado al uso a largo plazo de los mismos, basándose en los resultados de estudios científicos publicados.
Tras el análisis en Europa de los resultados de un metanálisis sobre nada menos que 52 estudios epidemiológicos publicado el año pasado se ha considerado que existen más pruebas sobre el citado peligro.
Los resultados de este trabajo confirman un ligero incremento de riesgo de cáncer de ovario en mujeres que utilizan THS con estrógenos solos o combinados con progestágenos, el cual comienza a ser aparente a partir de los cinco años de uso y disminuye tras la suspensión del tratamiento.
¿Qué se considera según estas fuentes oficiales un “incremento de riesgo en términos absolutos”?:
Un caso adicional por cada 2.000 mujeres de 50 a 54 años que utilizan THS durante cinco años en comparación con las mujeres que no utilizan THS”.
Llama la atención la gravedad de la noticia. ¿No os parece grave que una de cada 2.000 mujeres que sólo padecen molestias por la menopausia acabe con un cáncer de ovario por usar una terapia medicamentosa para ello? Porque estos fármacos se recetan a mujeres cuya fertilidad, de manera natural, ha llegado a su fin por la edad, lo que se llama menopausia.
Pues lo que va a hacer la autoridad sanitaria sólo es ofrecer más información en las fichas técnicas y los prospectos de los medicamentos afectados, serán actualizados para incluir lo del cáncer de ovario.
Me parece una manera políticamente correcta de lavarse las manos. Es como decir, “hemos descubierto esto terrible y lo avisamos, luego ustedes consumidoras hagan lo que quieran”. ¿Y por qué no tirar del hilo que nos ofrecen los nuevos datos por si hay que avanzar hacia la retirada de esta terapia?
Se da además la circunstancia de que la THS es uno de los escándalos sanitarios más sonados por sus daños. Produce riesgo de cáncer de mama, enfermedades cardiacas, derrames cerebrales, coágulos de sangre e incontinencia urinaria.Y llegó el desastre. La constatación de que, de nuevo, la teoría, el razonamiento fisiopatológico, no se correspondía con los hechos: la terapia hormonal sustitutiva no sólo no protege de dichas enfermedades, sino que incrementa el riesgo de padecerlas.
Pero ha de ser un negocio rentable porque para rizar el rizo no hace mucho se aprobó como “alternativa” un peligroso antidepresivo para tratar los sofocos de la menopausia. Ésta NO enfermedad y a sus “padecientes” se ha usado en los últimos lustros como cajón de sastre de medicamentos peligrosos.
Me refiero en concreto al Caso Agreal. El laboratorio Sanofi consiguió que este peligroso neuroléptico se recetase a mujeres que presentaban los citados sofocos de la menopausia. El resultado fue el destrozo de su sistema nervioso de por vida. Caso que aún está en los tribunales de Justicia.
Ver para creer.