No hace mucho regresé de un viaje de 9 días por Alemania, Bélgica y Luxemburgo, donde he visto un deterioro tan grande en Europa, causado al unísono por el mal gobierno y por los inmigrantes, que estoy convencido de que nuevos partidos nazis, mucho más extremistas que la actual extrema derecha, están a punto de nacer para luchar contra políticos miserables e invasores extranjeros que delinquen. Europa empieza a arder y libra su propia Tercera Guerra Mundial, que no es entre ejércitos enemigos sino entre ciudadanos autóctonos contra políticos miserables e invasores delincuentes. La bajeza inepta y corrupta de la clase gobernante y la inmigración descontrolada están empujando a los pueblos de Europa hacia las derechas más radicales, dispuestas a luchar por conservar la libertad, los viejos valores y el estilo europeo de vida. ---
Los patriotas crecen en Europa y buena parte del mundo y lo hacen como reacción a dos abusos insoportables: los gobiernos de izquierda y de la vieja derecha, hipócritas y dedicados de lleno a acumular poder, riqueza y privilegios para sus líderes, y a la invasión desordenada y masiva de inmigrantes, una ola enloquecida que está llenando las calles de delincuentes y acabando con la cultura autóctona, las viejas costumbres civilizadas, el concepto europeo de libertad, la religión cristiana y la democracia como sistema.
El siglo XXI quedará marcado por los enfrentamientos entre ciudadanos contra inmigrantes que no se integran y se dedican al delito. También será un siglo donde los pueblos se enfrentarán a la clase política, que se ha corrompido y aliado con poderes oscuros en las sombras para cambiar el mundo, eliminar las libertades cívicas y dominarlo.
Detrás de esta lucha está el bloque formado por China, Rusia, Irán y otros países totalitarios, que, con el apoyo de los poderes en las sombras, están infectando y ganándole la batalla a los países del llamado "Mundo Libre".
En Europa, en Estados Unidos y en el mundo desarrollado los ciudadanos más libres y conscientes luchan en dos frentes: contra los gobiernos de izquierda y de la falsa derecha cobarde, sometidos a la ideología woke y al marxismo cultural, y contra las oleadas de inmigrantes que llegan cargados de hostilidad, violencia y delincuencia.
Frankfurt y Lieja estaban a rebosar de inmigrantes. En Lieja había un ambiente denso y hostil en la calle que te obligaba a esconder el reloj, a agarrar con fuerza la mochila y a escapar pronto. En otras ciudades como Lovaina, Luxemburgo y Tréveris la invasión era menos agobiante, pero uno sentía que los alemanes y belgas habían dejado las calles en manos de africanos, turcos y asiáticos.
La Europa actual se parecía poco a la que yo había visitado hace cuatro años. La inseguridad se había multiplicado y el ambiente se había hecho más turbio y amenazante.
Leyendo la prensa local, uno descubre que los ciudadanos de Europa viven en un ambiente prebélico, donde el odio crece y los patriotas se están agrupando para defender su cultura y costumbres frente a políticos corruptos y para impedir que los invasores sigan conquistando espacios.
En España vamos por el mismo camino, con el agravante de que padecemos el peor gobierno de Europa, el de Pedro Sánchez, pero que todavía, por fortuna, no hemos alcanzado los extremos críticos de ciudades como Londres, Birmingham, París, Marsella y muchas otras, donde el dominio de los extraños es amenazador.
Un periodista alemán me impresionó afirmando en la prensa de Frankfurt que la invasión de los inmigrantes es el inicio de la Tercera Guerra Mundial.
Francisco Rubiales