
Pero, como suele pasar, la susodicha se hartó del tono metalizado y quiso darle color al auxiliar. Eligió un rosa fucsia, por eso de que su vida, y su casa, se crece con los tonos fuertes y alegres.

Ese tono magenta nos encanta....

..., aunque había que matizar la estructura para no hartarnos pronto de la mesita. Así que se optó por el blanco para la forja.

Y el resultado no pudo gustarnos más...

¡Y parece que a Perico también le ha gustado! O quizás esté pensando cómo alcanzar nuestra pascuera rosa... ¡Quién sabe!

Con esta renovación de color os dejamos hasta el lunes. ¡FELIZ FIN DE SEMANA!