Estoy seguro que antes de la noticia de que el director de cine Tom Hooper, (Director de El Discurso del Rey, Los Miserables, entre otras películas.), iniciaría el rodaje de la historia de Lily Elbe; muy pocas personas tenían conocimiento de quién fue ella… o él.
La vida de Einar Wegener; un pintor de Dinamarca nacido en 1882, quien en 1930 se sometió a varias cirugías para cambiar su sexo; convirtiéndose en el primer transgénero del que se tenga conocimiento en realizarse esta cirugía; despertó un inusitado interés por saber más sobre este proceso de cambio sexual y de cómo ocurre. Y aunque la película del 2015, trató muy tibiamente y hasta superficial, el asunto médico, en mi opinión; el tema quedó al final como una especie de “carnicería improvisada” practicada sobre la protagonista.
La verdad es que desde el punto de vista médico la cirugía no es lo más llamativo en esta historia.
En esa época el conocimiento de los trastornos de la sexualidad eran nimios. La misma Lily Elbe (que tomó su apellido del río que pasa por Dresde, donde nació) escribió en una obra autobiográfica que se publicó con un pseudónimo; lo siguiente: “Me dije que, como mi caso nunca había sido tratado en la historia de la medicina, simplemente no existía, simplemente no podía existir”, como respuesta a los diferentes diagnósticos que le dieron.
Elbe (Einar), fue catalogado como histérico, homosexual e incluso esquizofrénico. Su amigo, el Dr. Marcus Hirshfield es quien le orienta y le ayuda a solventar su problema creando nuevos hitos en la medicina. El mismo Hirshfield es quien en 1919 funda el Instituto de Investigaciones Sexuales de Berlín, que cerraría en 1933 debido al Nazismo. El fué un bastión para el conocimiento que en esta área de la sexología se despliega en los años 20.
Si bien es cierto que las cirugías a las que sometieron a Elbe fueron nuevas, llenas de errores; (Cinco cirugías en total. Se le llegó a transplantar ovarios y útero para intentar la procreación con resultados desastrosos); y que fueron directamente practicadas a un ser humano; ellas fueron las que abrieron el camino para las cirugías con las que hoy muchos transexuales resuelven parte de su problemática de identidad.
Y aunque aparente ser un tema trillado, aún hoy, no deja de ser un problema tanto de salud, como legal y moral de la sociedad actual.
Veamos que solamente en Estados Unidos el 40% de la población Transgénero se intenta suicidar; y en estos años (2008-20015) aproximadamente de 1500 a 2000 de estos seres humanos han sido asesinados como crimen de odio; y de esos, el 80% sucedieron en Latinoamérica. Igualmente en los mismos Estados Unidos, 32 estados pueden despedirte de tu trabajo si eres transgénero; al menos es contemplada esa posibilidad como legal.
La historia de Einar Wegener o como se llamó luego, Lili Elbe, así como la de su esposa Gerda Wegener y su médico Marcus Hirshfield, debe ser contada como parte de nuestra historia moderna en cuanto a la medicina y como parte de los tímidos pero sólidos pasos que estas personas, que hoy ocupan incluso cargos en Congresos y Asambleas de Gobiernos, han dado y seguirán dando para solidificar una lucha que más que de inclusión, es una lucha por la evolución del pensamiento de nuestra raza humana.