Mis últimas lecturas de Nora Roberts han sido tres libros pertenecientes a la trilogía Hotel Boonsboro. Si bien los disfruté mucho, como casi siempre me pasa con esta autora, hay que reconocer que no son, ni mucho menos, sus mejores obras. Además, como todos los seguidores de esta autora sabrán también, sus últimas publicaciones no han estado a altura de lo que esperamos y, aunque pueda sonar mal, exigimos de ella. La testigo ha supuesto una gran mejora en muchos sentidos. Quizá en algunos aspectos siga sin estar al nivel de sus mejores novelas, pero sin duda está por encima de muchas otras.
La testigo tiene una gran diferencia respecto a sus anteriores libros, y es la sencillez y naturalidad con la que avanza la historia. La información que nos proporciona de los trabajos de los protagonistas, así como la descripción de ellos, es la esencial para el lector; no peca de exceso de datos, por tanto no resulta una lectura pesada, al contrario que otras de sus obras, como digo. Se centra más en los sentimientos y relación de los protagonistas. Un punto muy a favor. Pero -siempre hay un pero-, desde mi punto de vista no ha sabido, o no ha querido, mezclar o combinar esa trama romántica con la de suspense. Comienza muy fuerte, casi como un libro policíaco, para poco después estancarse durante bastantes páginas en ese limbo en el que se desarrolla su relación personal. Sí es cierto que durante ese tiempo ocurren bastantes sucesos que amenizan la lectura y a su vez consigue que la trama se dirija por el camino correcto, pero no es hasta casi el final cuando los duros acontecimientos del comienzo vuelven a cobrar relevancia. Con esto no quiero decir, ni mucho menos, que el argumento no esté bien llevado, ya que lo he disfrutado como la que más..., simplemente quiero dejar claro que posiblemente me habría gustado más -aún- de esa otra forma.
Como veis, no quiero dar demasiada información del libro. Nos encontramos con una joven muy inteligente, pero que en un momento de su adolescencia comete un terrible error que supondrá un cambio drástico en su vida. El título de la novela creo que da las pistas necesarias. Algo que me ha encantado es poder conocer de primera mano toda la historia; para que me entendáis mejor, no se trata de un recuerdo que llegado el momento la protagonista desvele, sino que Nora Roberts comienza la narración antes de esos sucesos, consiguiendo que empaticemos mucho más con Abigail. Sobre todo dada su peculiar personalidad. Además, de esta forma somos conscientes del impacto que los hechos tienen en su carácter, tanto para bien como para mal, y cómo pasados los años repercutirá en las relaciones con otras personas. Por lo menos hasta que entra en escena Brooks. Y es que si algo caracteriza a muchos de los protagonistas masculinos de Nora Roberts es, en mi opinión, lo buenazo que pueden llegar a ser. Casi rozan la perfección. Comprensivos, inteligentes, divertidos, fuertes, y un gran etcétera. En este caso Brooks supone todo un apoyo para Abigail, así como un cambio radical en su vida. Ella es fuerte, independiente y con muchas agallas, pero no deja de ser el personaje atormentado de la historia. Quizá este es el punto que más aprecio de la autora; crea féminas heridas, pero que siguen adelante sea cual sea el daño que hayan recibido, para llegado el momento, por fin, encontrar alguien que esté a la altura y pueda hacerlas felices. No son débiles, ni damiselas en apuros, al contrario que las protagonistas de muchísimas otras autoras. Ellos tienen que ganarse su confianza, estar ahí cuando los necesiten; es decir, no salvarlas, sino traer un rayo de esperanza y felicidad a sus vidas. Estoy generalizando, no todas las novelas de la autora son así, pero sí muchas de ellas, en concreto ésta, y me encanta. La relación de amor es creíble y auténtica. Especial. Con sus más y sus menos, como tiene que ser, y con momentos divertidos que aligeran en muchos momentos la atmósfera que se crea entre personalidades tan diferentes. Los personajes secundarios aportan bastante, sobre todo a la ambientación de la novela; ese pequeño pueblo estadounidense donde todos se conocen.
Como parte menos buena, lo dicho, la acción está prácticamente concentrada en el comienzo y desenlace, impidiendo que el lector sienta verdadera tensión a lo largo del libro. De todas formas sí tengo que reconocer que esto es beneficioso para la relación romántica, dándose de una forma más pausada, y que de otra modo no sería demasiado creíble. Como veis me debato entre lo que es y lo que podría haber sido. Pero dejando eso de lado, que no tiene mayor importancia, nos encontramos ante un buen libro, sin lugar a dudas.
La testigo es sinónimo de valor, superación y confianza. Una historia dura, tierna y divertida.
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·Editorial: Plaza & Janés
·Publicación: Noviembre 2013
·Precio: 19,90€
·ISBN: 9788401354816
·Páginas: 508