Resumen: Tradicionalmente la testosterona ha sido vinculada con la agresividad, pero ¿es posible que también pueda producir un comportamiento prosocial?
Uno de los comportamientos tradicionalmente atribuidos al mundo animal a diferencia del humano es el de la agresividad como medio de subsistencia, ya sea con sus semejantes para conseguir y mantener un determinado estatus, como con sus presas.