Revista Cultura y Ocio
Como ya es sabido, los premios literarios despiertan pasiones allá dónde van, se anuncian y se publican. Mi particular teoría es que si los científicos del CERN supieran del fenómeno, abandonarían sus experimentos con el colisionador de partículas en favor de la energía radiante que se desprende de los certámenes que premian las letras.
Para un escritor, ganar un premio es siempre un reconocimiento, una placentera noticia y una alegría. Luciano G. Egido con su obra Los túneles del paraíso acaba de ganar el II Premio de Novela Histórica convocado por la Fundación Villalar para obras ya publicadas y escritas en castellano. Desde aquí mi felicitación tanto para el autor como para Tusquets, su editorial.
Hay veces, no obstante, en las que ganar es un premio, pero quedar segundo también. Y eso es lo que me ha sucedido con La tierra de Dios, que fue seleccionada entre las novelas presentadas, y quedó entre las cinco finalistas de dicho premio, en compañía de autores como Almudena de Arteaga o Luis García Jambrina. Me siento muy, muy honrada.
La tierra de Dios es mi segunda novela y como os podréis imaginar, esta noticia me llena de ilusión. Aprovecho pues, desde aquí, para dar las gracias al jurado y lectores del premio de la Fundación Villalar por su gentil mención. ¡Y por supuesto, feliz lunes a todos!
PS: La imagen que encabeza esta entrada es del remake de Robin Hood dirigido por Ridley Scott que se estrenará en primavera de 2010.