A finales del siglo XIX, durante los últimos años de la Inglaterra victoriana, una joven muchacha se ve abocada a viajar hacia los confines del mundo después de quedar huérfana. Se trata del sur de Argentina, casi el último puerto habitado antes de alcanzar la Antártida. De Ushuaia, aquel pequeño y lejano enclave fundado por los misioneros anglicanos, solo sabe de asesinatos de colonizadores a manos de sus indígenas, pero también de la construcción de un poblado rodeado de una belleza tan inesperada como desconocida.
Sophie Collinwood acabará aceptando su destino, incluso la posibilidad de casarse con un hacendado inglés para hacerse cargo de la educación de su hijo. Sin embargo, la hacienda de Daniel Summer y su familia parece haber enterrado un misterio que a ella se le irá manifestando poco a poco, en silencio, hasta que la muchacha llegue a comprender que su vida está en peligro.
¿Qué oculta aquella hacienda? ¿Quién habita entre las sombras de aquella casa?
Ficha del libro: AQUÍ
Últimamente estoy en racha y disfrutando un montón con las novelas que voy leyendo (si exceptuamos la lectura conjunta que llevamos entre manos y que estamos empezando a barajar abandonar). La lectura de "La tierra del viento" no ha sido una excepción. Si os digo que me la leí en dos tardes, ya os imaginaréis lo mucho que me ha gustado. Empezando por el título (todo lo que sea viento, lluvia, frío... étc. me atrae como miel a las moscas) y continuando por la propia historia, esta novela ha sido un gran acierto.
"La tierra del viento" es una novela Landscape en toda regla y he disfrutado leyéndola igual que cuando leí la primera novela de Sarah Lark, pero esta vez en un entorno por el que nunca había transitado literariamente (ni de ningún otro modo, la verdad) aunque ¡lo que son las cosas! mi marido viaja una vez al año hasta Santiago de Chile, de allí a Punta Arenas y después a las Falkland Islands (Las Malvinas) y conoce allí a algunas personas descendientes de los primeros colonos que por allí se instalaron.
Esta es una novela que reúne todos los ingredientes que tanto hacen disfrutar a los lectores "Landscape", unos personajes muy atractivos, sobre todo Shopie, la protagonista principal, un entorno exótico, inhóspito y muy diferente de lo que nos rodea habitualmente y un contexto histórico muy bien integrado en la narración que no se hace pesado en ningún momento, algo que suelo temer, y que en este caso ha sido más bien todo lo contrario.
Enlace fotografía AQUÍ
La historia arranca con la muerte de Anne Collinwood, la madre de Shopie, dejándola huérfana a ella con diecisiete años y a su hermano pequeño Thomas. En el lecho de muerte, Anne le pide a Shopie que redacte una carta y así se entera de quién es su padre. Anne, sabiendo las dificultades en las que se verán sus hijos sin su protección, está segura de que el padre de Shopie (el reberendo Buchanan) no les negará su ayuda y aunque Shopie no desea llevarle esa carta, finalmente cumple la promesa que le hizo a su madre. Su padre los acoge sí, pero su esposa (que menos caridad cristiana tiene de todo) está deseando que surja la mínima oportunidad para echarlos de su hogar. Y esa oportunidad se llama Charles Summer, que está en Inglaterra de paso buscando una institutriz para su nieto Adam y "si cuela" una esposa para Daniel, el padre del niño.
Con reticencias y cierta lógica desconfianza, Shopie acepta embarcar hacia Ushuaia en La Tierra del Fuego, un lugar lejos de todas partes donde poco a poco los colonos han establecido su hogar y durante la travesía Charles le cuenta más o menos qué se va a encontrar allí y a Shopie incluso empieza a no sonarle tan mal lo de una "posible boda", pero desde el principio las cosas no salen como estaban previstas, ni el inicio del viaje, ni la llegada a Ushuaia y mucho menos su llegada a la hacienda de los Summer, donde la reciben la frialdad de Catherine, la esposa de Charles y Victoria, su hija (que parecen más bien la madrastra y hermanastra de Cenicienta) y la indiferencia de Daniel. La única persona que parece feliz de su llegada es el pequeño Adam. También se sentirá arropada por Lakuta y su familia, nativos de esas tierras y por Ariza, el capataz de la finca.
A Shopie no le queda más remedio que irse adaptando a esa nueva vida, pero pronto se dará cuenta de que todos ellos esconden algo que ella no es capaz de imaginar y por más que pregunta nadie le da respuestas. ¿Qué secretos esconden los Summer? ¡Aaah! Yo ya no os cuento nada más.
Y es que realmente vale la pena sumergirse durante unos horas en esta entretenida novela. Me apasionan las historias con secretos familiares, y más si están protagonizadas por un personaje tan maravilloso como Shopie que decide sufrir todo lo que haya que sufrir pensando siempre en su hermano Thomas. Es una joven muy valiente, trabajadora, no se amilana ante nada y no se rinde cuando tiene un objetivo decidido por mucho que también haya tenido sacrificarse aceptando cosas que no deseaba. También me han gustado muchísimo todos los personajes que se mueven a su alrededor por muy malos que sean algunos (Victoria directamente un loca muy loca) porque todos están muy bien retratados y son muy creíbles y fáciles de imaginar.
Otro punto a favor de esta novela es su ambientación. Yo tiro mucho hacia el frío, los paisajes grises e incluso a los momentos de soledad y eso es lo que me sugiere Ushuaia en la época en la que transcurre esta novela (entre 1895-1897) ya que no era un lugar tan poblado como pueda serlo ahora mismo y siempre siento que encajaría bien en un sitio parecido a este. Además me ha encantado la historia de los primeros colonos que llegaron a evangelizar a la población nativa, los yaganes, muy presentes también en está novela. Todo está contado de una forma muy amena integrando a los personajes ficticios de la novela con los personajes reales que participaron en la colonización de esas tierras.
Sinceramente no puedo ponerle ni un "pero" a esta historia. No había leído nada de este autor, pero su estilo me ha gustado mucho, la prosa es sencilla y rica al mismo tiempo y el misterio y la intriga de la historia se mantiene prácticamente hasta el fina, aunque es cierto que sí acerté algunas cosas pero otras fueron realmente una sorpresa.