He buceado en la red buscando en la hemeroteca acerca del brutal atentado ocurrido en Buenos Aires en 1994 contra la Asociación Mutual Israelita en Argentina (AMIA) en el que fallecieron 85 personas, he indagado en los noticieros argentinos en busca de información sobre el presunto homicidio del Fiscal Nisman, he investigado en los mas variados blogs de opinión tratando de entender la acusación del Fiscal Nisman hacia Cristina Kirchner, he repasado webs oficiales y no oficiales argentinas y no argentinas con el fin de comprender el famoso Memorándum de Entendimiento entre estas naciones, he visualizado multitud de vídeos de intervenciones de la Presidenta de Argentina y analistas políticos hablando de este y otros asuntos, he analizado las relaciones comerciales en los últimos veinte años entre Argentina e Irán, y así una interminable lista de pesquisas e indicios que me han ido llevando de web en web en busca de una idea lo mas real y veraz de lo que probablemente, sea el asunto más turbio de la historia reciente de Argentina.Una historia en la que a lo largo de estos veinte años han ido apareciendo los protagonistas e ingredientes de lo que parecería el storyboard de una enrevesada pelicula de cine negro, y es que el atentado, los servicios de inteligencia argentinos, los funcionarios iraníes, la CÍA, el Mossad, los poderes y contra poderes mediáticos, la asociación israelita en Argentina, los intereses comerciales, las conspiraciones, los intereses nucleares, los intereses políticos, las tres presidencias argentinas, los agentes de Hezbollah, la acusación del fiscal contra la presidencia, el fiscal asesinado la noche antes de su acusación conforman un guión que si no fuera porque todo es muy real nos sonaría al penúltimo desvarío de los guionistas de la saga de Bourne. Y esto es lo verdaderamente terrorífico y dramático, nada en esta trama es ficción. Entrando en el detalle de cualquiera de las versiones, y les aseguro las hay de todos los gustos y colores, uno toma verdadera consciencia de la volatilidad de la opinión pública y de la cruel y fría dimensión de los poderes fácticos en su objetivo de modificar esas corrientes de opinión y de esta manera poder quebrar la frágil voluntad de las masas arrastrándolas de manera ciega hacia sus intereses y que en la mayoría de los casos no se corresponden con el verdadero sentir de los ciudadanos que influenciados y engañados siguen y defienden en muchos casos causas inventadas o creadas artificialmente por unos pocos.Mucho me temo que ni la Presidenta de Argentina, ni la comunidad israelita en Argentina, ni el propio pueblo argentino y por ende el resto del planeta Tierra lleguemos a saber a ciencia cierta los nombres de los responsables de esta trama, y tal vez y aun a riesgo de parecer cobarde o conformista puede que sea mejor así, pues conocer en profundidad esta y otras conspiraciones sería encontrarnos frente a lo peor y mas deleznable de la condición humana, sería reconocernos la gran mayoría en los bobalicones títeres de un terrible cuento escrito una y otra vez por un escasísimo número de despiadados titiriteros, y sería comprobar que no es ficción, que es cierto que llegado el caso para aquellos que manejan y dirigen los hilos nuestras vidas no tienen ningún valor y que en su cruento juego de intereses todos somos potencialmente sacrificables.Confieso que cuando conocí el extraño fallecimiento del fiscal Nisman reponsabilicé de manera automática al gobierno de Cristina Kirchner, supongo que mediatizado por la pésima opinión que tengo de esta señora. Resultaba todo tan obvio y estereotipado que desconfié de ese primer impulso y aun tras leer las dos bochornosas e incalificables cartas de la presidenta acerca de la muerte de Nisman, he de reconocer que hay tantas dudas y lagunas que es imposible responsabilizar a la Sra. Kirchner de la muerte de Nisman y tampoco otorgar la razón al difunto fiscal en su alegato acusatorio contra la mandataria argentina. Tal vez en este caso Crsitina Kirchner no sea la titiritera que maneja los hilos, su presunta y posible responsabilidad está por demostrarse en el juicio, pero en cualquier caso su arte en el manejo de los títeres está más que demostrado con un completísimo curriculum de mentiras, engaños y estafas, tan solo hay que bucear un poco en la red o leer el libro "Cristina Fernández, la verdadera historia" Excelente libro donde el lector podrá comprobar que Cristina Fernández de Kirchner no existe tal y como ella se presenta, es un personaje construido e inventado por ella misma y el entorno kirchnerista.