Revista Cultura y Ocio

La torre de cristal

Publicado el 03 junio 2016 por Javier Ruiz Fernández @jaruiz_

Escogí el nombre al salir de la tienda. Dana, de Dánae, que fue encerrada por su padre, el rey de Argos, para evitar que una de las profecías del oráculo de Delfos se cumpliese. La pastor alemán también estaba encerrada, privada del contacto con cualquier otro perro, y miraba desde su cubículo de cristal hacia nosotros. Entonces, todos creímos que no había nada malo en aquello, que estábamos haciendo las cosas bien, como debían hacerse: nos equivocamos, mucho.

Dana (pastor alemán, 4 meses)Dana con cuatro meses.

Hoy, paseo con los perros, principalmente, por el Carmelo y el Guinardó. También bajo por el Eixample hasta las Glorias y, de vez en cuando, los suelto en la Avenida Gaudí, en el Parc del Guinardó o en los Jardins del Príncep de Girona. Allí, corren un rato, practicamos ejercicios simples de adiestramiento o, simplemente, jugamos con una pelota de tenis.

Si alguien me para y me pregunta dónde he comprado a mis perros, les digo que todos son adoptados de la protectora. Les miento. Les explico cómo pueden enseñar a que su perro se siente, se tumbe, venga cuando le llaman; qué es un clicker y cuándo utilizarlo, y para qué sirve también. Si tengo tiempo suficiente, les explico el caso de Dana; si no lo hay, mantengo la mentira hasta el final.

Comprar un perro (en una tienda)

¿Tú también piensas comprarte un perro? Si buscas por Google, podrás ver las últimas tendencias: solo teclea comprar perro… y aparecerán algunas de las búsquedas más habituales. Comprar perro pequeño, comprar perro labrador, perro boo, de agua, lobo checoslovaco, salchicha, pomerania... La gente sigue cometiendo el mismo error que yo cometí, por eso miento, porque no puedo sacrificar todos y cada uno de los paseos de mi vida explicándoles por qué jamás debí entrar en aquella tienda y perpetrar el peor error que puede llevar a cabo alguien que quiere un perro.

Dana y Argos con pelota
Dana y Argos en nuestro primer piso.

No es por tratarse de un perro de raza siquiera. Otros te dirán que sí, pero no yo. No es ni tan siquiera por comprar un perro; algo que no tengo intención de volver a hacer. Se trata de un cúmulo de errores que deberías ahorrarte, así que aprovecha para leer sobre ello y da un poco de sentido a mi equivocación.

Errores al conquistar la torre de cristal

El primero de todos ellos es aquel más sencillo de resolver, pero como estamos idiotizados o enamorados de ese cachorro que tenemos delante, no se nos ocurrirá. Una tienda de perros no forma parte de una historia épica, por mucho que intentemos racionalizarlo o convertirlo en una leyenda griega, no estamos ayudando a ese animal, no estamos salvando su vida: estamos condenando a diez camadas más que vendrán después mientras pagamos trescientos, quinientos, mil o dos mil euros a una mala persona.

Dana y Argos descansando
No es una conquista, es una rendición incondicional frente a un negocio que te facilita ya un perro que no ha sido bien sociabilizado, que llega de criaderos ilegales ubicados en otros países y que, muy probablemente, aterrice en tus manos sin una impronta adecuada (algo irrecuperable) y con enfermedades que, en el trayecto, han matado a una parte de su propia camada.

Dana llegó de República Checa, con una impronta deficiente, y nunca se ha comunicado bien con otros perros. También con tos de las perreras, aunque entonces no lo supe, e hiperreactividad, que no tardaría en convertir en ansiedad por separación y comerse las paredes de todo mi piso.

Comprar un perro en una tienda significa jugar a la ruleta rusa: por un lado, desconoceremos quiénes eran los padres, cuál era su carácter y qué problemas físicos han sufrido a lo largo de su línea; por el otro, dudaremos sobre qué ha vivido ese animal desde que nació, si convivió con su madre, con sus hermanos o cómo ha sido sociabilizado y criado desde el primer día.

Esto es solo una parte. Si eres un poco más listo o lista que yo, recurrirás a un criador. Un profesional que trabaja en el mundo canino y que podrá mostrarte la genealogía familiar del animal, el carácter de los padres, dónde han vivido los cachorros y un largo etcétera. Además, aunque no lo creas, muchas veces el precio de venta del animal será notablemente más económico que el de una tienda (supuestamente) especializada.

Perros con ansiedad por separación
Dana y Argos destrozando nuestro primer piso. (A esta foto le tengo un cariño especial. ¡Jajajajaja!)

Así podrás comprar un labrador, un pastor alemán o un border collie con la seguridad de que todos esos perros han nacido y vivido sus primeros meses junto a alguien responsable que no se lucra a través del sufrimiento y el maltrato animal.

¿Cuál es el problema? Si te paras un minuto a pensarlo, es infinitamente mejor que apoyar las redes de tráficos de animales y la falta de cuidados que muchas tiendas siguen manteniendo; ¿pero para qué quieres un perro de raza? ¿Son bonitos, verdad? ¿Y qué más?

Dana y Nymeria
Dana y Nymeria, nuestra gata, en una de las terrazas de la casa del Guinardó-Eixample.

¿Conoces el carácter de un pastor alemán? ¿Sabes que son inseguros por elección genética y tienden a convertirlo en agresividad? ¿Entiendes lo difícil que puede resultar cansar a un perro de trabajo inagotable como el border collie? ¿Sabes que un chihuahua, un jack russel o un cocker siguen necesitando mogollón de ejercicio pese a su tamaño?

Todos los perros tienen talento

Los perros de raza tienen una función: son perros de trabajo, de pastoreo, de guarda… y tú deberías poner los medios para que cumplan esa función en la medida de tus posibilidades. No es una opción, es genética: a un pastor alemán le define el pastoreo, y el trabajo. Un pastor alemán no quiere estar tumbado en el sofá, no quiere jugar diez minutos contigo, no quiere ser parte del decorado; quiere correr, pensar, mover ovejas del punto A al punto B… un pastor alemán quiere ser un pastor alemán.

Y lo más importante de todo, ¿sabíais que un 50% de los perros que sobreviven en las protectoras son de raza? En serio. Hay muchísimos en todas ellas. Solo tienes que ir y hablar con los responsables sobre qué tipo de perro estás buscando. Nadie te va a intentar encasquetar a un perro que no quieres —y si alguien lo hace, deberías avisar al resto del equipo y no complicarte la vida—. No te juzgarán por decir no; no te juzgarán; están ahí para ayudarte.

Antes de comprar, pregúntate qué esperas de tu perro. La mayoría solo queremos a un amigo con quien compartir nuestro tiempo libre, que sea lo más equilibrado posible y que se convierta en parte de nuestra familia. Eso puede hacerlo cualquier perro. Cualquier perro tiene talento para aprender a hacer agility, para jugar con la pelota, coger el frisbi, aprender obediencia básica y avanzada, y mucho más.

Cualquier perro tiene talento.

Así que solo se me ocurre una razón para comprar un perro en un criador, y es que te dediques a ese mismo mundo de forma profesional. ¡Y aun así mucha gente trabaja en agility, en obediencia o en discdog dog dancing con perros mestizos! Y tú necesitas un pastor suizo o un cachorro de rottweiler con el que salir a pasear, ¿verdad?

Siempre hay perros en adopción, de raza y sin raza. Solo es cuestión de tener un poco de paciencia. Solo es cuestión de conocer a un animal, de vivir con él, de aprender y ser consecuentes con nuestras decisiones. ¿Pero a que ya no suena tan importante eso de comprar un perro?

Esto es una (pequeña) parte de todo lo quiero decirle a cada persona que me pregunta dónde compré a Dana. Cuando ve lo obediente que es. Cuando se da cuenta de que viene cuando la llaman, que se queda quieta a la orden o abre el container cuando se lo pido. 

Lo que no sospechan es que, por mi error, Dana terminó siendo un animal completamente agresivo con cualquier perro con el que nos cruzábamos, que todavía hoy no puede (ni podrá jamás) entender lo que los perros nerviosos le dicen, que necesita dos horas de paseo, sesiones de adiestramiento diario y que, ahora, camino a los siete años de edad, ha empezado a dormir boca arriba, a relajarse y a entender cómo debe gestionar su ansiedad.

Foc y Dana de excursión
¡Foc y Dana se van de excursión!

Durante años creí que su torre de cristal quedó atrás, en Mister Guau, una cadena catalana que, al final, rectificó a la fuerza, sin comprender que no era posible liberar a mi perra de algo con lo que cargaría toda su vida. Cuando por fin lo entendí, decidí que nunca más pondría precio a un perro. Y no lo haré.

Dana fue un error. Solo es que conseguí convertirlo en mi mejor error. 

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