A lo tonto he llegado a La torre de la golondrina, el sexto libro de la saga Geralt de Rivia de Andrzej Sapkowski, una colección de novela de fantasía que, con cada libro, parece mejorar cada vez más. A nada del desenlace de esta gran historia, la trama se está poniendo interesantísima y los acontecimientos empiezan a precipitarse hacia lo que (intuyo) va a ser un final épico. Este autor engancha, y mucho.
La torre de la golondrina comienza con la llegada de Ciri a la cabaña de Vysogota, un ermitaño erudito que se apiada de la jovencita medio muerta que encuentra en sus terrenos y a la que decide curar y proteger mientras la muchacha le narra noche tras noche los peligros y peripecias que le han llevado hasta su puerta. Con los habituales saltos en la línea temporal y el cambio de personajes a la hora de narrar los acontecimientos, Sapkowski nos irá desvelando lo vivido por Ciri siendo Falka, para escapar de Bonhart y otras personas interesadas en su captura, mediantes saltos en el tiempo hacia atrás y hacia adelante hasta completar todo lo sucedido. Mientras tanto, ¿Qué ha ocurrido con Geralt? Pues el brujo y sus compañeros de fatiga (Jaskier, Milva y compañía) continúan buscando a “la Niña de la antigua sangre”, pero necesitan información y su búsqueda de la misma les llevará por senderos llenos de peligros y aventuras. Los pasajes protagonizados por Geralt son ahora una minoría en comparación con los que narran las vivencias de Ciri (la historia va estrechando el cerco sobre la verdadera protagonista de la saga), aunque no por ello menos importantes. Geralt va a ser clave en escenas de gran relevancia en la que el lector comprenderá el papel de la leoncilla de Cintra en todo el tinglado, asistiendo a la revelación de lo que anuncian las profecías acerca del destino de su mundo. Pasado, presente y atisbos de futuro, se entrelazan en esta sexta entrega hasta completar el mosaico perfecto que Sapkowski ha ido construyendo magistralmente a lo largo de esta saga de fantasía.
No me quedo corta si digo que La torre de la golondrina es brutal. Combinando drama, humor y aventura capítulo tras capítulo, el autor se lleva de calle al lector que a estas alturas ya está preso del embrujo de esta saga única, la cual está a nada de finalizar. Este libro número 6 poco se parece a las primeras entregas que mostraban relatos o cuentos y ahora la trama se va consolidando, la historia se va concretando y parece ir convergiendo hacia el asunto de Ciri, la profecía y un posible apocalipsis o fin de los tiempos. No se puede decir mucho más acerca de esta novela para no destripar nada, pero creo que se encuentra entre las mejores de toda la saga, a falta de leer la última entrega que espero conseguir pronto (aunque también hay una precuela y otra colección de cuentos). Ya lo he comentado en otras reseñas, pero insisto en que me fascina la manera en la que este escritor es capaz de reinventarse en cada novela, experimentando con diferentes estilos y ritmos en cada una de ellas, aunque conservando siempre algunos de los elementos propios de su escritura y, por supuesto, haciendo evolucionar a sus personajes de una manera lógica dentro del contexto de las experiencias vividas.
Aunque me cueste la vida conseguir escribir bien el nombre del autor, agradezco a Sapkowski que nos regale esta historia imprescindible para los que amamos el género de fantasía, y ahora tengo más ganas que nunca de ver cómo Netflix continúa adaptando la saga en su serie The Witcher, la cual tengo la esperanza de que, al menos, respete la esencia de las novelas, como parecía hacer en la primera temporada que iba muy bien encaminada. Ya veremos…
¡Y no te vayas muy lejos, que todavía nos queda el último libro de Geralt de Rivia!