La tos ferina recuerda a mal de posguerra, a enfermedad erradicada de la que habla, echando la vista atrás, la gente mayor. Lo cierto es que las campañas de vacunación -empezaron en 1965- han hecho disminuir mucho su incidencia, pero no tanto como para darla por desaparecida. De hecho, los expertos aseguran que en los últimos años se ha producido un repunte de casos. En Estados Unidos, en Europa, y también en España.
La inmunidad al germen Bordetella pertussis ha disminuido, sobre todo en adolescentes y adultos jóvenes, que son los que contagian a los niños menores de seis meses. Este año, coinciden los especialistas, el germen está circulando mucho. Especialmente en Madrid. La región registró 121 casos entre enero y mayo de 2010 -según los últimos datos disponibles-, una cifra que dobla, triplica y hasta cuadruplica las de los cinco años precedentes (en el mismo periodo de 2009, por ejemplo, hubo 46).
Los casos registrados en toda España en el mismo periodo de 2010 fueron 200, según el Boletín Epidemiológico que publica el Instituto de Salud Carlos III, lo que quiere decir que más de la mitad se concentraron en Madrid. La situación empeoró en verano y principios del otoño, cuando, según explica José Tomás Ramos, jefe de Pediatría del hospital de Getafe, se produjo un brote epidémico que afectó a varios colegios y obligó a ingresar a algunos niños.La Consejería de Sanidad no ofreció información sobre estos brotes ni quiso comentar el aumento de casos de tos ferina.
Ramos asegura que la mayor incidencia en Madrid podría explicarse porque en los hospitales de la región se identifica más el germen, al disponer de mejores técnicas. No todos los hospitales pueden hacer el estudio (llamado PCR). Getafe, por ejemplo, envía sus muestras al 12 de Octubre. La mejora en los métodos diagnósticos es responsable de una parte del aumento general de los casos, coincide Manuel Sánchez Solís, presidente de la Sociedad de Neumología Pediátrica. "La tos ferina no es sencilla de diagnosticar. Antes pasaba por ser otra cosa porque los síntomas coinciden en más enfermedades".
Sin embargo, el repunte de casos no obedece únicamente a una cuestión de identificación. Hay más casos porque "ha disminuido la inmunidad ante la tos ferina a lo largo del tiempo", explica Josep Marés, coordinador del comité asesor de vacunas de la Asociación Española de Pediatría. "A partir de los siete u ocho años de haber recibido la vacuna, la protección disminuye. El repunte se está notando en adolescentes y adultos jóvenes, los que están en edad de tener a su primer hijo". En los adultos la enfermedad, que es muy contagiosa, no es grave. Los primeros días se parece a un catarro, que luego se prolonga con tos que dura varias semanas. "La sintomatología hace que la tos ferina no se diagnostique fácilmente y pase desapercibida. Esto es lo que está contagiando a los niños pequeños que aún no están vacunados o que están en proceso de vacunación", añade Marés.
El actual calendario de vacunación -con ligeras variaciones en las diferentes comunidades- prevé tres dosis de vacuna antes de los seis meses (a los dos, cuatro y seis), otra al año y medio y una quinta dosis de recuerdo a los cuatro o cinco años que se combina con la vacuna antitetánica y la antidiftérica. Cuanto más pequeño es el niño, más grave es la dolencia. "La tos ferina es una enfermedad real, grave e infradiagnosticada", insiste Ramos, miembro de la Sociedad de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica. "Y puede ser mortal en el lactante".
La Asociación Española de Pediatría lleva años recomendando al Ministerio de Sanidad y a las comunidades autónomas una sexta dosis de la vacuna de la tos ferina. Se administraría a los 14 años, junto con las de tétanos y difteria. "Así controlaríamos el pico en los adolescentes y reduciríamos la transmisión", explica Marés. "Los gérmenes cursan con pequeños brotes y este año ha habido mayor circulación. Pero si los brotes se producen en población bien protegida, el impacto es muy bajo. La sexta dosis sería una política sanitaria de gran beneficio para controlar la enfermedad", añade. Otros países europeos ya vacunan de tos ferina a los adolescentes. Además, en Francia, explica Marés, los padres jóvenes reciben una dosis de recuerdo para evitar que puedan contagiar a sus hijos.
El último informe sobre tos ferina de la Consejería de Sanidad, de 2007, afirma que en la región "la cobertura de la cuarta dosis de DTPa [difteria, tétanos, tos ferina] ha sido baja hasta hace poco tiempo y la de los 4 años no comenzó a administrarse hasta 1999, por lo que el nivel de inmunidad de la población infantil podría ser deficiente". El informe señala que la duración de la inmunidad es limitada, "por lo que la mayoría de los adolescentes y adultos jóvenes probablemente son susceptibles a la infección". También destaca un incremento de casos entre 10 y 14 años. Muchos habían recibido cuatro o cinco dosis de vacuna, lo que "plantea la necesidad de valorar nuevas estrategias de vacunación con dosis adicionales de recuerdo".
En 2007 la incidencia de la tos ferina en Madrid aumentó en relación con los dos años anteriores. Hubo 169 casos y un bebé de menos de un mes falleció. Se notificaron nueve brotes, cinco de ellos en colegios (cuatro en el ámbito familiar). Sanidad no facilitó a EL PAÍS datos sobre los brotes de este año. Algo que tampoco hace con sus médicos. El grupo de infecciosas de la Sociedad Madrileña de Médicos de Familia pidió ayer "información actualizada de los brotes y de los casos esporádicos detectados para aumentar el índice de sospecha de la enfermedad y facilitar la detección precoz de nuevos casos".
**Publicado en "El Pais"