Siempre he dicho que estar embarazada es uno de los estados más fantásticos que puede experimentar una mujer. Pero como todo, también tiene su lado negativo. Uno de ellos, sin duda, los miedos que te invaden a cada momento.Desde que supe que estaba embarazada, en las dos ocasiones, la alegría se mezclaba con la preocupación de pensar que nada malo le fuera a ocurrir al bebé. Los controles rutinarios ayudan a calmar esa ansiedad, aunque en el primero de ellos apareció una pequeña señal negativa que amargó en cierta medida los meses siguientes: el no ser inmune a la toxoplasmosis.La toxoplasmosis no es más que un virus que contraído en otro momento tiene unos síntomas muy parecidos a la gripe. Pero si se coge estando embarazada o justo antes, puede ser muy perjudicial para el bebé. Os dejo un artículo que resume las características de este virus y sus consecuencias durante el embarazo. Pero es síntesis, la carne cruda y los alimentos crudos como ensaladas, pueden ser portadores del toxoplasma. Cuando supe que no era inmune a dicho virus, he de reconocer que me agobié muchísimo y seguí a rajatabla las indicaciones médicas al respecto. Puede que me extralimitara, sobretodo en comparación a otras madres que, a mi alrededor, no le dieron demasiada importancia. Pero yo ni me acercaba a los embutidos ni a las ensaladas. A pesar de que es cierto que los niveles de infección en mujeres embarazadas son muy escasos, ya que actualmente conocemos esos riesgos, no está de más seguir las pautas que nos marcan los médicos. Y cuando di a luz, lo celebré con un enorme bocadillo de jamón ibérico. Tenéis más información en este artículo.
Revista Diario
Siempre he dicho que estar embarazada es uno de los estados más fantásticos que puede experimentar una mujer. Pero como todo, también tiene su lado negativo. Uno de ellos, sin duda, los miedos que te invaden a cada momento.Desde que supe que estaba embarazada, en las dos ocasiones, la alegría se mezclaba con la preocupación de pensar que nada malo le fuera a ocurrir al bebé. Los controles rutinarios ayudan a calmar esa ansiedad, aunque en el primero de ellos apareció una pequeña señal negativa que amargó en cierta medida los meses siguientes: el no ser inmune a la toxoplasmosis.La toxoplasmosis no es más que un virus que contraído en otro momento tiene unos síntomas muy parecidos a la gripe. Pero si se coge estando embarazada o justo antes, puede ser muy perjudicial para el bebé. Os dejo un artículo que resume las características de este virus y sus consecuencias durante el embarazo. Pero es síntesis, la carne cruda y los alimentos crudos como ensaladas, pueden ser portadores del toxoplasma. Cuando supe que no era inmune a dicho virus, he de reconocer que me agobié muchísimo y seguí a rajatabla las indicaciones médicas al respecto. Puede que me extralimitara, sobretodo en comparación a otras madres que, a mi alrededor, no le dieron demasiada importancia. Pero yo ni me acercaba a los embutidos ni a las ensaladas. A pesar de que es cierto que los niveles de infección en mujeres embarazadas son muy escasos, ya que actualmente conocemos esos riesgos, no está de más seguir las pautas que nos marcan los médicos. Y cuando di a luz, lo celebré con un enorme bocadillo de jamón ibérico. Tenéis más información en este artículo.
