La toxoplasmosis es una infección que se suele transferir por el intestino de los gatos y se elimina por su materia fecal. Si se maneja esta caja de los gatos se puede contraer el parásito, o incluso puede transmitirse por comer carne sin cocer bien de animales infectados con este parásito. Esta infección puede afectar la vida del niño durante el embarazo.
Generalmente no se suele tener efectos por toxoplasmosis en adultos, pero si una mujer está embarazada sí que se puede infectar el bebé, y aunque puede no pasar nada se le pueden presentar lesiones en ojos y cerebro. Si se ha infectado meses antes del embarazo no habrá problemas ya que se habrá desarrollado inmunidad contra esta infección.
Para evitar la bacteria de la toxoplasmosis durante el embarazo se debe evitar que el gato salga fuera donde pueda entrar en contacto con la bacteria, evitar limpiar la caja y si es necesario se debe hacer con guantes, controlar pulgas y cucarachas para que no haya, no comer carne poco cocinada ni cruda, no tocarse la cara al preparar la comida y evitar huevos crudos, carne y productos cárnicos no elaborados, frutas y verduras no lavadas.
Es importante saber que esta bacteria muere a altas temperaturas de cocción, y por eso mismo en las comidas bien cocidas no pasa nada. También es buen congelar las comidas antes de hacerlas durante más de 3 días ya que el parásito no aguanta temperaturas inferiores a 10 grados bajo cero.
Se puede realizar un análisis al gato para ver si contrajo la bacteria, si no la pasó es muy raro que suceda (pero no imposible) pero se deben extremar las precauciones, como hemos dicho anteriormente.
Cuanto más avanzado está el embarazo, más riesgos tiene el bebé si se contagia la madre por la bacteria, porque cuanto más avance el embarazo mayores deben las precauciones.