Si la semana pasada ya olía a Navidad en Bruselas por los cambios de temperatura, los mercadillos navideños, y el color rojo como protagonista en muchos escaparates. Este fin de semana se esperaba la visita del rey por antonomasia en estas fechas, la figura más preciada y querida por los más niños y soñadores. San Nicolás.El viernes por la mañana llegaba san Nicolás junto con su séquito en barco al Puerto de Bruselas, donde un millar de escolares le recibían para después sentarse en su regazo para leerle sus cartas. Al día siguiente, ya día 6 de diciembre, y día de San Nicolás, se celebra un desfile en honor a este, por el centro histórico de Bruselas, empezando por la "Place de la Vieille Halle aux Blés" y pasando por "rue du Chêne", la "rue de l'Etuve" o la "rue Charles Buls".Un desfile que no llegó a dos horas de duración y en el que tanto san Nicolás y su séquito como diferentes bandas de música, así como cabezudos fueron desfilando a la par que distribuyendo caramelos y chocolatinas entre los más pequeños. La fiesta concluyó con la llegada del Cortejo a la "Grand Place", donde desde el balcón del Ayuntamientoterminaron de lanzar las últimas golosinas. Una tradición que como cada año, los amigos del Manneken Pis y la ciudad de Bruselas celebran tanto para los más pequeños como para los turistas que se desplazan a la capital en estas fechas, y que me recordó a la tradicional Cabalgata de Reyes que nosotros tenemos en España. Hay que resaltar, que la fiesta de san Nicolás también se celebra, aunque con otras tradiciones, en otros países europeos como en los Países Bajos, Luxemburgo o Alemania. De hecho hace dos años, me encontraba en Alemania viviendo y recuerdo que ese día, cayó en día laboral y al llegar al trabajo me encontré encima de mi mesa unas chocolatinas y una tarjetita de buenos deseos. Así da gusto vivir estas fechas.