Revista Opinión

La tragedia argentina

Publicado el 16 octubre 2013 por Hernanhaines
Hace 10 días, operaron a Cristina Kirchner. Nunca más la volvimos a ver. En el ínterin, asumió Amado Boudou, que estaba en Brasilia listo para embarcar con rumbo a Cannes.
Sin embargo, como el vicepresidente tiene tan mala imagen intentaron mostrarlo lo menos posible. En el medio, nos enteramos de que Carlos Zannini y Máximo Kirchner son los que están conduciendo el país.
Mientras todo esto ocurre, pretendieron explicarnos (o engañarnos) una vez más sobre el accidente que llevó a la Sra. de Kirchner al quirófano. Unos dijeron que se golpeó la cabeza en la escalinata del avión; otros, mientras juntaba los juguetes de su nieto Néstor Iván. Lo cierto es que ambas versiones provinieron de personas a las que teóricamente habría que creerles. Uno de ellos es nada menos que Martín Insaurralde, el primer candidato a diputado nacional por el Frente para la Victoria en la provincia de Buenos Aires, el que dice que en la vida hay que elegir, que hay que seguir haciendo, que hay futuro y que es de todos, en fin, ni él mismo sabe bien lo que dice, pero repite lo que le ponen delante.
Horas más tarde, apareció Juan Cabandié, el edil porteño que aspira a convertirse en diputado nacional por la ciudad de Buenos Aires. Se lo vio en un video ventilando que él es hijo de desaparecidos y que se bancó la dictadura. No fue frente a un tribunal en donde se juzgaba a las juntas militares sino en un control de rutina que realiza la gendarmería.
Por lo visto, Cabandié cree que él tiene más derechos que el común de los que habitamos este país. Algo similar suele ocurrir con sus camaradas como Andrés Larroque, también diputado nacional.
En tanto, otro capítulo de la tragedia argentina tiene lugar por estos días: las estadísticas extraoficiales marcan que el kilo de tomates se vende a 50 pesos; desde el gobierno nacional piden cambiar el tradicional tuco por salsa blanca; vestirse aquí es más caro que en los lugares más privilegiados del planeta; las reservas del Banco Central siguen cayendo –aunque, según la primera mandataria, el país está mejor que Australia o Canadá-; da miedo salir a la calle o detener el auto en un semáforo; la mitad de la población es pobre; los comercios continúan cerrando sus puertas; el nivel de la educación primaria y secundaria está por el subsuelo; en fin, cada vez peor.
Lamentable es que el oficialismo pretende otra “década ganada” o más, mientras la oposición intenta llegar al poder para concretar su propio negocio. ¿O, acaso, creés que la oposición quiere alcanzar el poder para mejorar tu calidad de vida? Te doy un ejemplo: la mitad más uno de los que se quedaron afuera en las PASO el 11 de agosto último se reciclaron en otras listas. Es decir, no comprendieron que la gente les dijo NO.

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