Es una obra de intención claramente didáctica, descubriendo con todo detalle los antecedentes y del desarrollo de la tragedia de Peterloo, desde la situación del pueblo llano hasta el contexto histórico y social en Inglaterra de la época, prolijamente y tomándose su tiempo, dando lugar a un metraje de más de dos horas. Siendo Mike Leigh quien es, toma claramente partido por los humildes y los defensores del voto universal, hasta el punto de ser algo maniqueo. No obstante, el talento del director para contar historias y componer escenas es evidente, y la dirección artística es minuciosa y fiel, por lo que la película emociona y entretiene y merece la pena verse.
Puntuación @cineEnCines: 7/10