Revista Cultura y Ocio
"Lo despertó una sed lépera, se levantó y fue a servirse agua pero el garrafón estaba seco y del grifo escurría nomás un hilo de aire mojado. Miró con rencor el tercio de mezcal sobre la mesa y sospechó que ése iba a ser un día horrible. No podía saber que ya era, desde hacía horas, verdaderamente horrible, mucho más que el infierno íntimo que se había procurado a tragos."
Y cuando uno lee un título así se descoloca y no tiene claro lo que va a encontrar entre sus páginas., Ya lo había hecho el autor con títulos anteriores, y ahora repetía. Así que tenía que traerlo, era casi imperativa su lectura. Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, La transmigración de los cuerpos.
Conocemos a El Alfaqueque, un hombre de esos que dicen con labia, de los que manejan las palabras y entrar y salir de barrios bajos y mediar entre bandas que nos pondrían los pelos de punta. En mitad de una epidemia... o en mitad de un asunto amoroso basado más en carne que en espíritu, se ve empujado a hacer de improvisado negociador entre dos familias. Cada una tiene el hijo de la otra y han de intercambiarlos, aunque sea muertos.
Es curioso como se puede decir la palabra "epidemia" y que no sea la protagonista de la historia, sino la excusa para el aislamiento. Una ciudad en una situación extrema contada por un hombre de la calle cuyo mayor y mejor arma es la palabra y lo sabe, y adquiere así un tono casi irónico, como aquel que está ya de ida y vuelta de casi todo. De este modo entramos a ver como la usa para ligarse a su vecina, dejando al lector que piense que "no es interesante" y entonces gira dando un salto mortal y nos deja caer en la verdadera historia: el intercambio.
Dos familias, una rivalidad, secretos y un punto intermedio necesario para lograr un fin. Y en ese punto se coloca nuestro protagonista para intentar hacer lo que mejor sabe: mediar.
Casas cerradas, miedo, podredumbe y decadencia son el entorno en el que le toca desarrollarse a esta historia que, una vez superadas las primeras páginas y el uso de algunas palabras en mexicano que nos pueden descolocar, disfrutamos hasta la última letra. Reflexiones, pensamientos, palabras... porque estamos ante un libro cuya historia trata de la palabra. Y que se disfruta con cada una de ellas.
Yuri Herrera: un descubrimiento ya confirmado.
Antes de que empiecen a surgir listas por todas partes decidme una cosa, ¿sois de los que planeáis las lecturas vacacionales?
Gracias
La gente toda es como estrellas muertas: lo que nos llega de ellas es distinto de la cosa, que ya ha desaparecido o ya ha cambiado, así sea un segundo después de la emisión de luz o de la mala obra.
La transmigración de los cuerpos