Desembarco de las reliquias.
Sobre las reliquias de Santiago Apóstol y que tradicionalmente se creen en Compostela, mucho se ha escrito, y tal vez sea poco aún. Todos, detractores e incondicionales confluyen en una cosa: El sepulcro y las reliquias de Santiago han conformado el arte, la historia, la piedad, la asistencia y la caridad, etc., de toda Europa. Muchos más ilustres han escrito o a favor de la permanencia del cuerpo del santo apóstol y ellos remito. Por mi parte, solo me interesa contar la leyenda de la Traslación, cuya festividad la autorizó el papa Gregorio XIII, y Sixto V la extendió a todos los territorios hispánicos:Después que el santo alcanzó el martirio en Jerusalén a manos de Herodes, ocurrió que los judíos para que los cristianos no sepultaran piadosamente al santo, arrojaron el cuerpo y la cabeza cortada por las murallas de la ciudad, para que los perros y las aves carroñeras lo devorasen. Tenía Santiago siete discípulos, conocidos como los Siete Varones Apostólicos, que son: San Torcuato (1 y 21 de mayo, y 14 de junio), San Tesifonte (1 y 27 de abril, y 3 de mayo), San Indalecio (15 de mayo), San Segundo (2 de mayo), San Eufrasio (13 de marzo), San Cecilio (1 de febrero) y San Hesiquio (15 de mayo). Estos siete, que habían predicado en España con Santiago, y con él habían vuelto a Jerusalén, tomaron de noche el santo cuerpo y se fueron al puerto de Joppe, adonde les guió un ángel. Allí se dieron cuenta que ni tenían barco, ni dineros, ni contaban con algo para trasladar el cuerpo lejos de sus enemigos. Pero el ángel les mostró un barco silencioso, que aparecía ante ellos preparado para zarpar, aunque sin capitán, ni remeros, ni gente alguna. Los santos, confiando en la Providencia, subieron al barco, que se puso en movimiento enseguida, movido por los ángeles.
Hallaron tiempo apacible todo el tiempo, como Dios lo había dispuesto. Atravesaron el Mediterráneo y salieron al océano por Gibraltar, tomando al norte bordearon la península ibérica para llegar a lo que hoy se conoce como Finisterre, al puerto de Iría Flavia, donde el barco se detuvo tan misteriosamente como había comenzado a navegar. Allí desembarcaron los siete discípulos de Santiago con sus reliquias, conociendo por revelación divina, que debían adentrarse en el continente, pues allí no estarían seguras las reliquias. Y se encaminaron a un sitio llamado Liberum Domum y que, con el tiempo, se llamaría Compostela. Hallaron una cueva en la que había un ídolo, que derribaron, hallando luego algunos instrumentos con los que labraron algunas piedras para edificar un sepulcro y una capilla en la caverna. Y con la columna sobre la que el apóstol había sido decapitado y el ara que Santiago había usado en Jerusalén, que las habían trasladado también, edificaron un altar para celebrar el Santo Sacrificio.
Santiago Apóstol.
Guido Reni.
Y pasaron los siglos, los hombres, las guerras y las enfermedades… y del sitio del sepulcro de Santiago se perdió memoria. Una espesa selva cubrió la cueva y pasaron 8 siglos, hasta que ocurrió la Invención de las reliquias del apóstol, pero eso ya lo contaré en su día, la séptima kalenda de junio, es decir, a 26 de mayo.
Fuente:
-"Año cristiano o Ejercicios devotos para todos los días del año". Diciembre. R.P. JUAN CROISSET. S.J. Barcelona, 1863.
A 30 de diciembre además se celebra a San Eugenio de Milán, obispo.
Y además, De la Invención y Traslación de reliquias en la Iglesia.
La Invención de las reliquias de San Esteban.
La Traslación de San Gregorio Nacianceno.
La Traslación de San Juan de Mata.
La Traslación de San Phantalo.
La Traslación de los Reyes Magos.
La Traslación de Santa Juana de Lestonnac.