Desde luego que entiendo el despiste, por no decir, la pérdida del oremus, del PSOE, después de la debacle sufrida en 20-N. No se pierden cuatro millones de votantes todos los días.
Hay cuestiones comprensible. Por ejemplo, la desorientación. Puedo entender que ni ellos mismo se hayan dado cuenta del viaje descendente que han sufrido. Se puede entender que no sepan ni dónde están, que hagan un análisis tan sesgado que sus culpas se resuman, como bien dice Carmen, a pequeñeces, problemillas de comunicación y de gestión, lo demás se debe a la crisis, ellos pasaban por allí. Hasta esa obcecación puedo entender, y mira que es difícil.
Lo que ya es más complicado de entender, en el aspecto político es:
- Que la gran preocupación sea encontrar un líder, y, sin embargo, se diga que se va a hacer oposición con el programa que se ha presentado a las elecciones. O sea con un programa perdedor.
- Que Rubalcaba siga siendo el hombre fuerte del partido, y parece que se presentará para liderar el PSOE en el próximo congreso. Francamente este tipo que ha cogobernado con Zapatero hasta cinco meses antes de las elecciones y que se ha llevado un batacazo de aquí te espero (porque no olvidemos que él era el cabeza de lista, quien debía cambiar la tendencia bajista de su partido y sin embargo, ha batido el récord, yendo más allá de lo que decían las encuestas) tendría que retirarse de la carrera por el liderazgo del PSOE, porque ya se sabe lo que representa y ha perdido estrepitosamente.
- Que se declare, así lo han hecho dos pesos pesados como Guerra y Bono, que una catalana del PSC, como Carme Chacón, no pueda dirigir el PSOE. Lamentable comentario que de tomarse en serio, por la mayoría del partido, podría llevar a la ruptura definitiva del PSC y del PSOE. A estas alturas de la película, parece que pensar así está cuando menos fuera de lugar.
- Que quien salga ganador, como secretario general del PSOE, pueda y quiera decir: ¡Viva España!. Esto lo ha dicho el ínclito Bono, un tipo tan exhibicionista como patriotero y meapilas. Que seguramente se ha arrepentido de no presentarse para diputado, porque lo que viene a decir es que la persona ideal para llevar al triunfo a su partido es él mismo. Ni más ni menos. Afortunadamente está fuera de juego, al no ser diputado, por mucho que intente meter cizaña. Ya me dirán ustedes la importancia que tiene que un secretario general del PSOE diga ¡Viva España! Dos requisitos imprescindibles para este tipejo, no ser catalán y decir ¡Viva España!
En fin, así están las cosas. Mientras que Mariano calla, elementos psoecialistas perdidos en la vorágine, hacen declaraciones que pueden poner piedras en su propio partido. Y parece que todo sigue erre que erre. O sea Rajoy frente Rubalcaba, y es que después de ver que Rajoy lo ha conseguido a la tercera, Rubalcaba quiere seguir probando.
Salud y República