Decía Hobbes que la guerra es inherente al hombre, forma parte de su naturaleza, un dilema que acompaña a la humanidad desde que tiene uso de razón, pero viendo estas imágenes lo que sí podríamos asegurar es que fútbol y deporte son parte del ser humano. Un mundo sin deporte no existiría. Nuestras vidas sin fútbol serían *taaan aburridas.
Apenas unas pocas horas de tregua bastaron para que los soldados ucranianos sacaran un balón en las trincheras de Donetsk, entre tanques, carromatos y sin disparos de fondo, un trozo de cuero se convirtió en medio de escape. Incluso en el peor de los infiernos como es una guerra del calibre que están viviendo en el este de Ucrania el fútbol está presente. Por algo será.
Una situación que bien puede recordar a la famosa ‘Tregua de Navidad’, cuando a comienzos de la Primera Guerra Mundial, en la Navidad de 1914, las tropas del Imperio Alemán y británicas acordaron un alto el fuego durante el que se intercambió alcohol y comida, se cantaron villancicos e incluso se llegó a disputar un partido de fútbol entre soldados de ambos países, con resultado de 3-2 para los germanos. Hasta en estas circunstancias ganan los teutones a esto del fútbol.