Aunque The Cure son hoy recordados por muchos de sus grandes hits de los ochenta en forma de irresistibles singles así como por varios de sus discos mas populares en esa segunda mitad de década (The Head On The Door, Kiss Me Kiss Me Kiss Me o Disintegration), debemos recordar que durante los años 80-82 dejaron para la posteridad tres joyas de lo que entonces se llamó post-punk (luego rock siniestro) que son considerados por todos sus seguidores (entre los que me incluyo) la quintaesencia del sonido Cure. Sirva esta entrada por tanto para recordarlos y comentarlos. Seventeen Seconds (1980).
Para este album, Robert Smith incorpora al bajista Simon Gallup a su grupo y con él a bordo, da rienda suelta a sus pesadillas más primerizas y graba un disco que podría catalogarse como la primer pieza de toque en la carrera del grupo. Crean un sonido que, me atrevería a decir, les definiría eternamente. Líneas de bajo oscuras, punteos de guitarra atmosféricos y ambientes opresivos para uno de los discos fundamentales de su carrera. Con Seventeen Seconds (título que hace referencia a la duración media de un orgasmo masculino en Reino Unido) crean el Santo Grial del rock siniestro e inauguran esta "trilogía siniestra"� cuyas dos patas restantes vendrían en sucesivos discos. Además, en su favor hay que decir que soporta el paso del tiempo de forma impecable. Varias de sus canciones siguen siendo muy habituales en sus conciertos: la estupenda Play For Today�, la elegante At Nigth o la maravillosa M�. Aunque es A Forest� la que sin duda más llama la atención. Con un inolvidable riff de bajo a cargo de Gallup y unas estrofas marca de la casa, el single del álbum lleva por primera vez a The Cure a las listas de éxitos.A Forest� se ha convertido con el paso del tiempo en uno de los momentos culminantes de sus conciertos y posiblemente ha conseguido definir al grupo como ninguna otra canción en toda la historia de la banda. Ni que decir tiene que es uno de mis temas favoritos de toda su carrera.
Faith (1981).
Lo que en Seventeen Seconds eran simples y primarios bocetos siniestros, en Faith el asunto se amplia y en momentos, se mejora. Smith se vuelve mucho mas introspectivo, más obsesivo y las canciones comienzan a notarlo. Siguiendo la línea marcada por el álbum predecesor y las letras vuelven a llamar la atención por su contenido depresivo, agobiante y en momentos desesperante. Sólo Primary�, con ese cortante y alocado ritmo se salva del susto. El resultado, no obstante, vuelve a ser notable. Canciones como la maravillosa Faith� o la esplendida A Drowning Man suponen un salto cualitativo en la capacidad compositiva de Smith, aunque a gusto personal siempre me fascinó la cuasi-instrumental All Cats Are Grey, con ese sonido envolvente y con de nuevo, Simon Gallup dando una lección magistral al bajo. Este último tema, a modo de curiosidad, fué incluida por Soffia Coppola (gran seguidora del grupo) en la banda sonora de su película Maria Antonieta. Desde luego no es un disco a escuchar en momentos de baja moral.
Pornography (1982).
Pornography es, en opinión de muchos, una de las grandes obras maestras de The Cure. Sin duda define totalmente del primitivo sonido del grupo, y representa el abc del rock obsesivo. Aquí se puede decir que el rock siniestro adquiere una presencia importante (su primer top ten en UK) y de ello tienen la culpa varios factores. Uno de ellos, las drogas. Robert Smith pasa por el peor momento de su carrera. Totalmente adsorbido por sus pesadillas e inseguridades, consigue afectar directamente al buen ambiente que reinaba en el grupo, deteriorando las relaciones y volcando todas sus iras en Simon Gallup, quien al final de la gira abandona el grupo, no sin antes partirle la cara (literalmente) a Smith tras el último concierto. El disco se abre con la gloriosa One Hundred Years� y la frase "...no pasa nada si todos morimos"� (ahí es nada). Todo el disco gira en torno a ideas intensas de suicido, de muerte y de desesperación. Hay momentos como en The Hanging Garden que el sonido se vuelve insoportable, excesivamente dramático. Aunque canciones más elegantes y evocadores como la preciosa Strange Day (una de mis canciones favoritas de su primera época), la semidesconocida A Short Term Effect� o la fascinante The Figurehead, que dan una nueva dimensión al disco y aportan un poco de luz ante tanta oscuridad. Tras el disco y su gira, The Cure tardarían tiempo en recomponerse como grupo, en volver a encontrar su sitio, y sobre todo en recuperarse emocionalmente de una época tan intensa.