Las incógnitas que nos asaltan son cada vez mas, y nunca tienen respuesta. ¿Quién gobierna el mundo? ¿Cuál es el poder real de los políticos? ¿Hasta qué punto nuestra vida está condicionada por las organizaciones internacionales y las corporaciones privadas? ¿Cuál es el papel de los paraísos fiscales que dan abrigo al dinero del crimen y la corrupción? ¿Quién ganará con la brutal crisis económica que estamos viviendo?
Para el autor de este análisis no hace falta acudir a complicadas teorías para responder a estas preguntas. Todo está a la vista. El periodista Santiago Camacho, apunta con el dedo a varios de los responsables: la conocida Troika- formada por el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y la Organización Mundial del Comercio-, así como las agencias de rating, que están actuando como verdaderos «ladrones» de la democracia. A lo largo de estas páginas, conoceremos inesperadas formas de actuación de ciertos organismos y leeremos sorpresivas declaraciones que harán que su visión sobre el mundo actual no vuelva a ser la misma.
Después de toda una carrera escribiendo sobre asuntos no precisamente claros puedo decir que, con este libro en concreto, he visto claramente el rostro del Mal. No se trata de fanáticos que a través de sus atrocidades pretenden llegar a su ideal distorsionado de lo que es para ellos un mundo mejor, ni de perturbados víctimas de sus propios delirios, ni de fríos espías profesionales capaces de eliminar a un semejante amparados en el patriotismo, ni siquiera de delincuentes cuya peripecia vital les ha empujado a una vida al margen de la ley y la moral. No, no es este el caso.
Desde inmaculados despachos, sin ensuciarse las manos, cientos de seres humanos prácticamente anónimos para la mayoría de nosotros juegan con las vidas de millones de personas que ignoran que sus vidas, sus empleos, sus pensiones de jubilación y el futuro de sus hijos están en el tapete de un descomunal casino mundial. Cada día se hace más evidente que la humanidad se encuentra dividida en dos bandos irreconciliables: los pocos que tienen mucho y los muchos que tienen poco. Vivimos una época convulsa. La actual crisis económica ha puesto de manifiesto ante los ojos de muchos ciudadanos que los gobiernos no son realmente los órganos que ostentan el poder mundial.
Las noticias nos cuentan cómo naciones enteras son juguete de unas fuerzas misteriosas a las que hemos dado en llamar «los mercados», que deciden quién es rico y quién es pobre, qué país es próspero y cuál se ve atenazado por la miseria. Así las cosas, ya no parece tan descabellada la idea de que existan organizaciones que manejan los hilos del mundo. No hay que recurrir a complicadas teorías de conspiración ni a siniestras sociedades secretas con incomprensibles ritos esotéricos. Todo está a la vista. Se trata de organizaciones con nombres y apellidos, como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, la Organización Mundial del Comercio, las agencias calificadoras de riesgos, los bancos internacionales..
Lo realmente alarmante es que los dirigentes de estas organizaciones no son elegidos, no pasan por ningún filtro democrático ni hay forma de que los ciudadanos puedan apearlos de sus cargos a pesar del impacto que sus decisiones, doctrinas y estrategias ejercen sobre la vida de los pueblos. El poder de estas organizaciones es inmenso, va más allá de lo imaginable por la mayoría de nosotros, alcanza una dimensión planetaria, mientras que el poder de los estados, incluso de los más poderosos, está limitado a una dimensión nacional.
Por si alguien lo duda, reproducimos una lista (de 1999, procedente del Banco Mundial, ahora probablemente la situación es peor) de los ingresos de varias multinacionales comparados on el producto interior bruto de algunas naciones, en miles de millones de dólares.
En este libro no pretendemos dar respuestas definitivas, sino aportar datos recabados de las más diversas fuentes, incluidos economistas del más alto nivel, para que cada uno pueda responder
Con criterio a preguntas tan trascendentes como estas:
• ¿Hasta qué punto nuestra vida está condicionada por organizaciones internacionales y
• ¿Cuál es el papel de los paraísos fiscales que dan cobijo al dinero del crimen o al de la existencia de estos territorios sin ley? • ¿Cuál es el papel real de organismos como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial o la Organización Mundial del Comercio?
• ¿Qué está sucediendo realmente en la economía mundial y cómo hemos llegado esta situación?
Es muy probable que a los expertos en la materia no les estemos descubriendo nada nuevo, pero la mayoría de nosotros se llevará alguna que otra sorpresa entre estas páginas y empezará a plantearse que a la democracia, el ideal por el que millones de personas han dado su vida a lo largo de la historia, le ha surgido un enemigo más poderoso que cualquier dictador, que cualquier ideal totalitario y que cualquier ejército. Un enemigo que, a día de hoy, está ganando la batalla.
La Troika y los 40 ladrones
Santiago Camacho
Revista Educación
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