Ahí estaba con mi cabeza apoyada en el vidrio de la ventana del auto en el asiento trasero, el conductor me hablaba pero yo apenas lo oía, era como un murmullo lejano, mis pensamientos me tenían agobiada, observaba a través del cristal pero no estaba mirando realmente, era todo una sola mancha. Mi cuerpo inerte, mi rostro inexpresivo, me sentía un fantasma, como si mi alma se hubiera escapado de mi cuerpo hace mucho tiempo, sentía mi respiración, mi corazón latiendo, pero ¿Realmente estaba ahí?
El auto se detuvo suavemente, no me moví hasta que me abrieron la puerta, baje despacio y en silencio, el viento cálido rosando mi cuerpo me conecto con la realidad, reaccioné como quien despierta de un sueño, estaba en un cementerio, empece a recorrer el lugar con mis ojos. El sueño se convirtió en pesadilla, no entendía que pasaba.
De repente por mero instinto empece a seguir a una fila de seres que caminaban con la cabeza a gachas, murmurando por lo bajo, quién sabe qué era lo que decían, algunos rostros afligidos, otros indiferentes, pero qué hacíamos todos ahí, a la tumba de quién nos acercábamos, empece a sentir desesperación.
continuará…….