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Cierra la historia iniciada con "El tigre de Esnapur" con buenas dosis de intrigas palaciegas, más suspense y sobretodo con una escena icónica, la del baile de la serpiente de Debra Paget, probablemente una de las más sensuales de la historia del cine. En cualquier caso y, pese a que resulta entretenida como la primera, no deja de ser cine añejo, al que se le notan las "costuras" (en algún instante de modo literal), con interpretaciones muy amaneradas, casi de cine mudo y con personajes claramente estereotipados. Queda muy lejos del mejor cine de Fritz Lang, pero sí es cierto que te transporta a otra época, a otra forma de vivir y sentir la aventura, a tiempos que quedaron ya muy atrás. Me da por pensar que es como si la hubiera rodado un niño y no soporta comparación con ninguna película de aventuras actual, pero no deja de ser un clásico.