Nos acercamos a la comarca de La Jara toledana, a la población de Belvís de la Jara, muy cerca de Extremadura, donde se interna una pequeña parte de esta comarca; ya hemos comentado, en más de una ocasión, que la división provincial de Javier de Burgos en 1833 partió numerosas comarcas históricas y naturales.
Pero dejando al margen estos temas y centrándonos en la entrada de hoy, nos acercamos a este municipio para dejar constancia, en este blog, de una de las tumbas orientalizantes más importantes del centro peninsular, como es la Tumba del Carpio, llamada así porque se encuentra en una finca conocida como la Casa del Carpio.
La imagen con la que ilustramos la ficha, proviene del ajuar funerario perteneciente al enterramiento de dos individuos: un adulto y un recién nacido.
El enterramiento de la Casa del Carpio fechado en la primera mitad del siglo VII a. C. se ha interpretado como un conjunto funerario de extraordinaria importancia para entender el proceso
orientalizante en el valle del Tajo.
[...] En el momento actual de la investigación se viene asumiendo una progresiva matización de la colonización fenicia en el proceso de orientalización de los territorios meseteños en el que se va admitiendo un mayor protagonismo de los enclaves fenicios portugueses (Arruda, 2000; Pellicer, 2000) en detrimento de la Vía de la Plata.
Se considera que la penetración de las influencias orientalizantes en el occidente peninsular debió ser más factible siguiendo un eje Oeste-Este, por las cuencas del Sado-Guadiana, Tajo y Mondego, ya que existen mayores dificultades de comunicación desde el área nuclear tartésica hacia Extremadura, atravesando el Guadalquivir y Sierra Morena siguiendo el reseñado eje Sur-Norte.
Un acceso más fácil a las metalizaciones de oro y estaño de las cuencas del Tajo y Guadiana sería uno de las causas de esta trayectoria alternativa.
[...] En este contexto -bienes de prestigio de influencia colonial vinculados a un individuo- se ha interpretado el enterramiento de la Casa del Carpio (Pereira, 1989) uno de los conjuntos orientalizantes más interesante del sector occidental del valle del Tajo.
Se trata de una tumba de planta rectangular en la que se documentaron tres niveles de depósitos arqueológicos asociados a distintas fases de una ceremonia funeraria en la que se practicó el ritual de inhumación.
En el nivel más profundo de la tumba se efectuó el depósito del ajuar personal de los difuntos. Este ajuar se componía de una serie de objetos metálicos, recipientes de perfumes y cuencos pintados y fue depositado en el interior de un recipiente cerámico asociado a una imitación a mano de un pithos, una forma característica del repertorio cerámico colonial fenicio.
En el segundo nivel del enterramiento se realizó la inhumación de dos individuos junto con una ofrenda de restos de fauna interpretados como ofrendas alimenticias. Se trata en ambos casos de prácticas funerarias, documentadas en la Meseta durante la Edad del Bronce.