Revista En Femenino

La TURBIA

Publicado el 20 octubre 2011 por Bebloggera @bebloggera

Por rociosalazarp, desde Chile

La TURBIA

Foto por rociosalazarp

Amanecícon ánimo, a pesar de ser lunes (esto lo escribí el lunes) y haber dormido muypoco, pero pasó algo que me descompuso el estomago a primeras horas de lamañana. ¿Qué hace una mujer ante este comentario de un hombre: “no tiene nadaque hablar ella, es turbia”? A ver… detengámonos en el contexto.
Conversabacon un muy buen amigo sobre una de esas reuniones familiares que tenemos todosy sobre las bromas que se hacen en medio de la comida y bebida (bromas quetienen mucho de “sangre en el ojo”, obvio). Una mujer: la Turbia, le lanzó uncomentario (kamikaze, sin saberlo) haciendo alusión a que tenía dos suegras, osea, otra mujer. Casi todos los hombres del mundo se asustan ante tamañocomentario. Y no es porque efectivamente tengan otra mujer, sino porque tienenincorporada la respuesta aprendida del miedo a tal apelación y cualquier cosaque se le parezca suena a crucifixión… es como si hubiesen nacido con el gen dela infidelidad incrustado y no logran hacer otra cosa que defenderse cuando losapuntan.
Tengola sensación de que la Turbia fue hasta inocente en su comentario, pero algo semovió dentro de mi amigo y tuvo que bajarla de escalón y pararse sobre de ellapensando: “no tiene nada que hablar ella, es turbia”… afortunadamente no fue envoz alta. Claro, mi amigo vio a esta mujer en algunas actitudes de dudosa reputación en el pasado, actitudes súper normales para mi nivel moral.
¡Qué lepasa a este hombre! Dijo la people en mi cabeza. ¿Acaso una mujer que se comportó libertinamente en elpasado no puede emitir opinión (y no era juicio, como todos lo hacemosdiariamente) de el resto? ¿Acaso una desfachatez de juventud te puede quitarcredibilidad para siempre? ¿Acaso debemos tener un comportamiento intachablepara bromear?
Creoinjusto que un ser humano devalúe la opinión de una mujer solamente porque enalgún momento de su vida beso a más de un hombre en una noche, o porque seconfundió y cayó en la cama equivocada. En fin… todos tenemos un momento dedebilidad en nuestras vidas, ¿para qué confundirlo con principios?

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