Resulta que Francia y Luxemburgo venían aplicando el IVA reducido a la venta de ebooks, igual que ocurre con los libros en papel. Sin embargo Bruselas no veía con buenos ojos esta práctica, ya que en el resto de países se seguía aplicando un IVA no reducido, por lo que los irreductibles galos y sus vecinos del norte han sido llamados al orden.
No obstante, desde este foro inminentemente defensor de los avances tecnológicos, nos preguntamos, utilizando esta noticia como pretexto, si es coherente que un continente industrializado como Europa aplique un IVA reducido a los libros en papel mientras que sus predecesores en formato digital sean castigados con un impuesto casi cinco veces superior. Evidentemente nos encontramos ante una medida trasnochada que discrimina los avances digitales. Luego nos vendrán con el cuento de que la piratería y las descargas matan el negocio.
alfonsovazquez.comciberantropólogo